Julio Fontán dirige una red de colegios que enseña de una manera completamente disruptiva: sin horarios, sin cursos, sin evaluaciones.
Un legado inagotable. Con novelas, cuentos y ensayos alzó una voz disruptiva, tanto en el reclamo por el lugar de las mujeres como en las innovaciones de su escritura. En marzo, se cumplen 80 años de su muerte.