El cantautor habló en el Congreso de la Lengua como si entrara en una taberna madrileña a tomarse un par de tragos; humor, barroquismo y el arte de hablar de poesía en prosa. Con pudor, Sabina admitió que estaba por debajo de eruditos y teóricos.
Joaquín Sabina y Elvira Sastre, dos españoles representantes de generaciones bien distintas de lectores y de escuchas, que parecen otorgarle al mundo de la poesía una masividad que ese mundo no suele tener, fueron ovacionados hoy en el 8° Congreso de la Lengua, donde se renegó contra «los pequeños nacionalismos», se defendió la poesía como espacio de libertad y se disiparon fantasmas sobre la influencia Internet en ese arte.
Comienza este emblemático encuentro y trae de todo: un show de Les Luthiers al aire libre, Joaquín Sabina leyendo poemas, una retrospectiva sobre Atahualpa Yupanqui y varias mesas debates con intelectuales de renombre debatiendo sobre el futuro del idioma español. En esta nota, un pequeño resumen de las mejores propuestas