Las trabas a las importaciones y la suba del dólar generan faltantes y aumentos en los libros. El principal problema, el incremento en dólares del papel, ¿Cuánto subieron los precios? ¿Qué títulos ya no se consiguen?
Después de 60 años, la librería ubicada en avenida Corrientes 1513, en el centro porteño, confirmó que bajará las persianas a fines de enero debido «a la caída de ventas y a un escenario complicado por la pandemia que no llegó a reactivar» pese a la vuelta de actividades en la zona.
Con menos actividades concentradas en oficinas, restricciones de las propuestas culturales y una reducción de las visitas turísticas producto de la pandemia, el centro porteño dejó de ser escenario de conglomeraciones y muchas de sus librerías tuvieron que repensar sus formas de comercialización y rediseñar estrategias para solventar su funcionamiento, aunque en muchos casos quedaron cerca de un posible e inminente cierre.
Queda en Villa Crespo y su dueña prefiere que los clientes lleguen con la compra “definida”, antes que vayan a curiosear. La librería «Mi casa» es la pionera de una modalidad atípica. Abrió en 2009, cumple diez años, pero su dueña duda en continuar.