Edvard Munch es considerado el padre del expresionismo. Su padre quemó algunos de sus desnudos y el nazismo confisdcó sus obras como «arte degenerado». «El Grito» se vendió por u$s 102 millones. El museo que le rinde tributo en Oslo es el más grande del mundo dedicado a un único artista.
Son las obras de arte que el autor de “El grito” legó a la ciudad de Oslo, Noruega, antes de morir. El edificio se pensó como “el paradigma del museo del futuro”.