Arrancaron las visitas guiadas por los restos de una casa de Rosas

Está en Moreno 550. Hallaron una cisterna gigante, que casi destruyen en una obra, y cientos de objetos. En el lugar. Entre pozos y obreros, está la cisterna de más de siete metros de diámetro.

En un edificio en plena construcción, en Moreno 550, con una cuadrilla de operarios trabajando a contrarreloj y ese sonido por momentos ensordecedor clásico de las obras. En ese contexto es posible visitar la más grande cisterna del siglo XIX que se haya encontrado en la Ciudad. Se encuentra debajo de lo que durante décadas fue un estacionamiento. En su origen, era nada menos que parte de la casa en la que vivió Juan Manuel de Rosas, junto a la familia de Encarnación Ezcurra, su esposa.

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De esa construcción en superficie, los últimos vestigios fueron barridos en los años ‘70. Pero debajo estaba esta cisterna, intacta. Con el casco de protección correspondiente, se puede visitar. Es una buena oportunidad para conocer parte de la historia de estas familias y de como se vivía por aquellas épocas en la Ciudad.

El hallazgo de esa cisterna, que tiene un diámetro de 7,30 metros, estuvo rodeado de polémicas. Porque fue encontrada de manera casual, mientras el Estudio Kohon llevaba a cabo los primeros trabajos para la construcción de un edificio, con dos subsuelos de cocheras. Después de un intenso contrapunto en la Justicia, con clausuras y condenas incluidas, el ingeniero José Kohon, titular de esa empresa, dijo a Clarín: “Una vez que vimos todo lo que se generó a nivel institucional, histórico y patrimonial, entendimos que había sucedido lo inesperado y estamos fascinados”.

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Junto a José Sellés Martínez (del Instituto de Investigaciones Históricas de Manzana de las Luces) y Ana Igareta (investigadora del Conicet e integrante de la división Arqueología de la Universidad Nacional de La Plata), se realizó un primer recorrido por lo que será el museo del “Paseo de la Cisterna”. “Se trabajó durante un año limpiando todos los pozos que se encontraron, una segunda cisterna, cuatro aljibes y cinco pozos ciegos. Encontramos miles de pedazos de objetos y cientos de objetos enteros: peines, vasijas, vasos, platos, teteras, peines, frascos de perfumes, incluso juguetes, que no eran habituales en aquellos años. Y además, utensilios que usaba el personal que trabajaba en la casa, como escobas. Y osamenta de las mascotas, pero también huesos de pollos e incluso espolones afilados de gallos de riña. La basura también nos permitió hacer una lectura de como vivía la gente. Los objetos hallados nos cuentan la historia de los esclavos y la gente rica de estas épocas”, contó Igareta.

Rosas vivió en la casa de la familia Ezcurra entre 1829 y 1832 y luego entre 1835 a 1852. En los hechos, la residencia funcionó como sede de Gobierno en tanto Rosas fue el líder de la Provincia de Buenos Aires. En 1852, tras su derrota en la batalla de Caseros, fue confiscada. Continuó siendo la casa del gobernador y luego fue ocupada por el Correo. Para principios del 1900 comenzaba otra etapa, porque la casa fue también un inquilinato.

Para el equipo de arqueología se trató de un trabajo de rescate. Generalmente, antes de realizar una excavación trabajan en una investigación. Lo que se hizo con el caso de la cisterna fue recuperar información para luego rearmar la historia detrás del hallazgo. Los objetos se encuentran en la Gerencia Operativa de Patrimonio, que depende de la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico. “Fueron acondicionados para la guarda: están en perfecto estado. En un futuro podrán ser exhibidos”, dijo Igareta. Y agregó: “En general los rescates se hacen en superficies acotadas, pero esto fue monstruoso y el volumen de material es enorme”, contó.

La cisterna guardaba agua de lluvia, que llegaba a través de las canaletas de los techos, para el consumo y usos de la casa. Sobrevivió a una intervención previa, porque en este solar hubo también un inquilinato: los obreros que trabajaron en la construcción de aquella casa de alquiler también encontraron en su momento la cisterna, y construyeron en su interior los cimientos.

Las visitas guiadas por este rincón de la memoria de la Ciudad son gratuitas. Empezaron este fin de semana y se dan también martes y viernes a las 12. El ingreso es es exclusivamente con reserva a [email protected]

El citado Instituto estará a cargo de las visitas, con lo cual la información, los datos y la historia en torno a lo que fue esta casa, la cisterna y los hallazgos, está garantizada.

Fuente: Clarín