Delivery, beneficios para clientes y facilidades de pago: las nuevas estrategias de las librerías para sobrevivir a la pandemia

Desde hace una semana, las librerías están habilitadas para realizar ventas por envío. En esta nota, los libreros explican qué acciones llevan adelante para hacerle frente a la obligada caída de ventas que provocó la cuarentena.

El lunes pasado, el Ministerio de Desarrollo Productivo confirmó que la venta de libros pasaba a ser una de las actividades permitidas por el tiempo que durase la cuarentena. Las librerías, entonces, volvían a abrirse. Pero la escena romántica del lector que curiosea entre mesas y estantes, escucha las recomendaciones de los libreros o pregunta por las novedades, todavía no forma parte del paisaje urbano. Quién sabe cuánto tiempo pase hasta que vuelva. Por ahora, las ventas, sin excepción, se hacen con envíos a domicilio.

Sin embargo, la posibilidad de reactivar —por pequeña que sea— una de las industrias más golpeadas del país es una buena noticia. A lo largo de los años, las librerías hicieron carne aquella máxima cruel del mercado que decía “evoluciona o muere”, y este es otro de esos momentos en el que deben tener la suficiente sintonía fina para percibir las necesidades de los lectores.

Tras una semana de trabajo, varios libreros se permitieron hacer un balance del regreso. En esta nota participan Fernando Láviz de Zivals, Bernardo Beccar Varela de Dulcinea, Ana López de Suerte Maldita, Edio Bassi de Fedro, Federico Majdalani de Libros Mendel, Pablo Braun de Eterna Cadencia, Cecilia Fanti de Céspedes y Tamara Cefaratti de Vuelvo al Sur. A ellos se suma también la voz de Octavio Görg, product manager de BajaLibrosla librería de ebooks más emblemática de la Argentina, para tener también una idea de cómo el libro digital se mueve en cuarentena.

Los pedidos de libros se acumulan en Zivals
Los pedidos de libros se acumulan en Zivals

Los libros, bienes esenciales

Todos, en general, señalan que fue una buena semana en términos de ventas. “Lo de esta semana fue algo muy fuerte”, dice Majdalani, “de golpe, cada día, eran decenas de pedidos por cada red social, y la mayoría con listados de libros. ¡Fue una locura!”. Láviz coincide: “Tuvimos un promedio de 130-140 pedidos por día, que es tres o cuatro veces más que lo que vendíamos normalmente online”.

Sin llegar a ese volumen diaria, Cecilia Fanti dice contenta que los pedidos vienen creciendo. En cada paquete que envía hay un promedio de tres libros. “Las semanas previas a la cuarentena hizo que algunos fueran a la librería a acopiarse”, explica, “y hoy, un mes después, se quedaron sin lecturas y, por lo tanto, nos están comprando nuevos títulos”.

Pero, por supuesto, el optimismo es moderado. “Si bien esto parece un oasis en medio del desierto”, dice Cefaratti, “no debemos olvidar la crisis que atraviesa nuestro sector. Las secuelas se verán en unos meses”. Además, hay un dato a considerar: los envíos a domicilio eran una parte menor de las ventas. Hoy «hay bastantes más pedidos que antes”, dice Pablo Braun, “pero como no tenemos venta al público, la cantidad no llega a compensar”. En coincidencia con Braun, Bassi habla de estar en un 30% de las ventas respecto al tiempo previo a la cuarentena.

Y a eso hay que sumarle un costo más. Beccar Varela señala que las ventas a través de Mercado Libre se quedan con una comisión del 13 %. “Cuando tenés el negocio abierto, es un extra, pero cuando es tu canal de venta casi exclusivo, los números no cierran”.

La librería Suerte Maldita
La librería Suerte Maldita

Delivery de libros

Con la prohibición de vender en el local, la mayoría implementó un sistema de entregas que les permite responder de manera ordenada al pedido de sus clientes. Las compras se reciben por mail, WhatsApp, por la web y por Mercado Libre.

Luego, cada uno arma el pedido. Para la distribución, Zivals elige Mercado Envíos; Suerte Maldita y Vuelvo al Sur hacen los repartos puerta a puerta, al igual que Majdalani de Mendel: “Si los llevo yo”, dice, “evito que tengan que pagar el envío, que en el valor de un libro tiene impacto”. Para destinos cercanos DulcineaFedroCéspedes y Eterna Cadencia también los entregan ellos y, para distancias más largas, se manejan con motos, Glovo, Rappi, Mercado Envíos y Correo Argentino (para el interior). “Hace varios días que reparto cosas”, dice Lucas ‘Funes’ Oliveira, editor de Funesiana y hoy devenido en repartidor de Céspedes. «Se nota en la cara de la gente la pandemia y el confinamiento, pero cuando empecé a llevar libros, vi otras caras. No es lo mismo recibir el envío ni de la mejor hamburguesería a recibir un libro: la cara de la gente es diferente. Se nota. Me infla de orgullo repartir libros”.

¿Y los pagos? “Preferimos no cobrar en efectivo por como están dadas las medidas sanitarias”, dice Ana López. En coincidencia, la mayoría prefiere una transferencia bancaria o Mercado Pago: “Lo tomamos como una tarjeta de crédito”, dice Láviz, “a nosotros nos liquida más o menos a las tres semanas”.

Esta semana comenzó la campaña Compartir una historia es una forma de abrazarnos. La promueve Sebastián Lidijover, quien, con una larga trayectoria en la industria editorial y siempre con buenas ideas para capear la crisis, propone instaurar una semana para regalar libros a un ser querido. Lo curioso es que, según los libreros, ya desde que reabrieron las librerías se dio casi naturalmente ese gesto. “Me ha tocado escribir más de una cartita”, dice Majdalani. “Muchos están usando esta modalidad para abrazarse”, completa Cefaratti, “y envían libro para el cumpleaños o alguna otra ocasión especial”.

Pablo Braun, de Eterna Cadencia (Foto: Christian Bochichio)
Pablo Braun, de Eterna Cadencia (Foto: Christian Bochichio)

Qué leer

Todas estas librerías cumplen con una misión en su barrio: muchos lectores entran sabiendo que van a encontrar lo que buscan o la recomendación que les va a ayudar en su próxima lectura. Ahora, estas relaciones se da obligadamente a través del teléfono, las redes y el WhatsApp. “La gente nos escribe pidiendo recomendaciones”, dice Cecilia Fanti, “pero a diferencia del local, donde pueden coincidir cuatro o cinco personas y es una dimensión manejable, en WhatsApp nos hablan de a veinte a la vez y eso hace que no podamos responder con rapidez”. “Después de estar casi un mes cerrados”, dice Cefaratti, “resulta muy movilizante y emocionante el reencuentro con los lectores y con la librería como espacio físico”.

¿Cuáles son los libros más vendidos? “La lista es muy parecida a la que siempre se da en la librería”, dice Pablo Braun. En todos los casos se cumple relativamente con esa norma. Pero puestos a mencionar títulos, estos son algunos de los que más se piden: Tiempo sin lluvia, de Cyan Jones (Chai), Desierto sonoro, de Valeria Luiselli (Sigilo), Las malas, de Camila Sosa Villada (Tusquets), Estás muy callada hoy, de Ana Parejas (Rosa Iceberg), El libro del verano, de Tove Jansson (Naviera). También los libros de Mariana Enriquez y Samanta Schweblin. “Llama la atención algunos libros de autoayuda que no solemos estar acostumbrados a vender”, dice Láviz”, “pero supongo que es porque este tipo de ventas amplía el espectro de nuestros clientes. No me atrevería a decir que por el clima de pandemia está dominando la autoayuda”.

Irónicamente, uno de los problemas a los que los libreros se enfrentan hoy es a falta de ejemplares: “Nos vamos quedando sin stock porque las editoriales todavía no envían las reposiciones”, dice BassiBraun señala, por ejemplo, que vendió Catedrales, la nueva novela de Claudia Piñeiro hasta agotar los que tenía. “Hasta que los depósitos vuelvan a estar operativos, hay que recomendar títulos por afinidad”, dice López.

E-boosk (Shutterstock)
E-boosk (Shutterstock)

Lo digital también existe

Durante las semanas de aislamiento, el libro digital se asentó como una alternativa más que válida para los lectores. Muchas editoriales, de hecho, publicaron las novedades en este formato sin esperar a que el papel estuviera disponible. Octavio Görg, responsable de la librería de e-books Bajalibros, muestra cómo los libros de papel y los digitales no compiten entre sí. Esta semana, incluso, tuvieron más compras, como consecuencia de algunas promociones de diferentes editoriales. “En cuanto a ventas”, dice, “este fin de semana fue uno de los mejores del año”.

¿Cuáles son los libros más vendidos en formato digital? Görg enumera: Sexo ATR de Cecilia Ce, los libros de Magalí TajesCatedrales de Claudia PiñeroLos primeros 1000 días de tu hijo, El precio de la pasión de Gabriel Rolón, Psicoanálisis: por una erótica contra natura de Alex Kohan y Lo mucho que te amé de Eduardo Sacheri.

Fuente: Infobae