Emociómetro: juegos para descubrir y expresar las emociones

En momentos en los que todos estamos movilizados, una invitación a descubrirse a través de actividades lúdicas.

Por qué te lo recomendamos: Porque el juego ayuda a poder identificar y nombrar aquellos que nos pasa. Algo que en estos días se vuelve más que necesario.

La pandemia de coronavirus impuso nuevas reglas para la vida cotidiana, tanto de los niños como de los adultos. En este punto, el aislamiento obligatorio toma un protagonismo principal. Por eso, la diversidad de propuestas de actividades para hacer con los chicos se torna tan necesaria.

“Hoy estamos atravesando una crisis sanitaria a nivel mundial, y el rol de las emociones en este momento toma aún más importancia en cada uno de nosotros: el miedo y la preocupación irrumpieron en nuestra vida y estamos aprendiendo y poniendo en práctica cómo manejar nuestras emociones, dado que esta situación nos moviliza a todos”, dijo a Entremujeres Clarín María Laura Lezaeta, psicóloga infantil y co-fundadora de JUEGOlogía.

El juego es el canal y el medio más valioso para enseñarles a los niños a descubrir las emociones. Foto: Shutterstock.

El juego es el canal y el medio más valioso para enseñarles a los niños a descubrir las emociones. Foto: Shutterstock.

En ese sentido, la especialista destacó que “el juego es el canal y el medio más valioso para enseñarles a los niños a descubrir las emociones, ya que posibilita descubrirse a uno mismo a través de una experiencia lúdica y maravillosa. Con diferentes propuestas podemos ayudarlos a que puedan poner nombre a aquello que les sucede y expresar sus sentimientos”. Para ello, Lezaeta presentó dos juegos.

Cómo me siento, una propuesta de JUEGOlogía

Cómo me siento, una propuesta de JUEGOlogía

“Cómo me siento”

Consiste en recortar unas tarjetas y en algunas de ellas dibujar las emociones básicas: miedo, alegría, enojo y tristeza. En otras tarjetas hay que escribir diferentes ámbitos, personas o lugares, como por ejemplo: en casa, en la escuela, con papá, con mamá, con amigos, etc. Se deben colocar todas las tarjetas boca abajo y la idea es que, en familia, vayamos sacando una emoción y un lugar/ámbito/persona. Si, por ejemplo, sale “enojo” y “en casa” ahí todos tenemos que decir, “qué nos enoja cuando estamos en casa”. De esta manera pueden salir a la luz sentimientos y vivencias que de otra forma quizás costaría expresarlas.

Emociómetro, una propuesta de JUEGOlogía

Emociómetro, una propuesta de JUEGOlogía

“Emociómetro”

Lo que proponemos es que puedan armar el emociómetro con elementos que todos tenemos en casa: utilizando hojas o cartulina de base y dibujando las emociones o pegando recortes de imágenes de revistas.

Imagínense una tira, como si fuera un termómetro, o los metros utilizados para la altura de los niños que van en la pared. La idea es ir colocando cada una de las emociones (dibujadas o recortadas): contento, triste, asustado, enojado, sorprendido y todas las que quieran sumar; pero lo que no debe faltar es una opción que diga “no sé cómo me siento”, ya que es importante validar esta situación, donde muchas veces cuesta poner en palabras cómo nos sentimos.

Ya con el emociómetro armado, podemos colgarlo de la pared y cada integrante de la familia puede tomar un broche de los que usamos para tender la ropa, y colocar el nombre de cada uno. Al levantarnos, o en diferentes momentos del dia, tendremos que marcar con el broche, la emoción que estamos sintiendo en ese momento y dejarlo ahí. De esta forma, todos podrán verlo y podremos conversar sobre aquello que nos está pasando. Esto ayudará a visibilizar las emociones de cada integrante de la familia y de esa manera vivirlas como algo natural y que los niños vayan incorporando hábitos emocionales saludables.

El juego ayuda a poder identificar y nombrar aquellos que nos pasa. Algo que en estos días se vuelve más que necesario. Foto: Shutterstock.

El juego ayuda a poder identificar y nombrar aquellos que nos pasa. Algo que en estos días se vuelve más que necesario. Foto: Shutterstock.

“En la medida en que ayudemos al los niños a identificar y comprender sus emociones, podremos conjuntamente desarrollar recursos y herramientas que le servirán para afrontar, de la mejor manera, las diferentes situaciones de la vida. Mediante el juego, lograrán diferentes habilidades socioemocionales que quedarán arraigadas de forma nativa en él y lo llevarán a ser un adulto emocionalmente sano”, concluyó la psicóloga.

Fuente: Clarín