La fórmula de la amistad: cómo alejar o atraer a una persona a nuestra vida

Existen tres “ingredientes” específicos para lograr generar vínculos, pero también sirven para detectar y alejar a aquellos que no nos hacen bien


Hoy te invito a reflexionar acerca de la forma que adoptamos los seres humanos en cuanto a alejar a ciertas personas de nuestra vida y de atraer a otras. La fórmula de la “amistad” es la siguiente:

Proximidad + Frecuencia + Intensidad

Analicemos cada ingrediente por separado:

1. Proximidad

La gente que comparte el mismo espacio físico tiene más posibilidades de forjar un vínculo, ya sea positivo o negativo. Dicho lugar físico debería ser agradable, no amenazante, y donde quienes lo ocupen tengan la oportunidad de disfrutar con el otro. Cuanto más amigable sea el ambiente, mayor será la probabilidad de que el vínculo sea positivo.

2. Frecuencia

Si hace mucho tiempo que no ves a alguien, seguramente se encontrarán y pasarán horas charlando. En cambio, si la frecuencia es diaria y constante, el encuentro será breve. Por supuesto, esto no incluye a las parejas que están enamoradas. La reiteración en la frecuencia es un factor que colabora en el aumento de la calidad de los vínculos.

3. Intensidad

A todos nos agrada pasar tiempo con la gente a la que le caemos bien. Muchas personas transmiten físicamente señales que expresan: “Soy amigo”. Mientras que otras transmiten, desde el lenguaje corporal: “No soy amigo”. Nuestro cerebro detecta en 125 milisegundos, lo cual no es ni siquiera medio parpadeo, si alguien es amigo, enemigo o neutro.

Alguien que se acerca con el ceño fruncido está demostrando que tiene “cara de pocos amigos”, como se dice comúnmente. Por lo general, esta persona no sonríe y observa a los demás durante más de tres o cuatro segundos. A través de una postura corporal rígida, está transmitiendo el siguiente mensaje: “Soy tu posible enemigo, cuidado”.

Muchas personas transmiten físicamente señales que expresan a través de sus gestos si alguien es amigo, enemigo o nada
Muchas personas transmiten físicamente señales que expresan a través de sus gestos si alguien es amigo, enemigo o nadaPexels

Muy por el contrario, alguien que se acerca y sonríe, que mira a la gente por unos pocos segundos y demuestra alegría sincera de encontrarse con el otro, está expresando: “Soy amigo, no te preocupes”.

Resumiendo, la combinación de proximidad, frecuencia e intensidad es generadora de vínculos. Pero también resulta útil para alejar a aquellos que no añaden valor a nuestra vida.

Fuente: Bernardo Stamateas, La Nación