La fórmula mágica para poner bien la tilde

Sabemos que es fundamental para distinguir significado. Sin embargo, muchos confiesan que no saben dónde, cuándo y por qué va el acento ortográfico. Con esta ayuda, agudas, graves y esdrújulas ya no serán un enigma.

En mi defensa de la tilde, esta nota tiene un perfil técnico, de servicio, casi escolar. Me han consultado:  «No puedo poner bien las tildes porque no sé cuándo una palabra es aguda, grave o esdrújula«. Es la madre de todas las batallas. Si no sabemos hacer esta clasificación, no podemos aplicar las reglas de acentuación. Bienvenida entonces esta fórmula mágica que propuso el ingenio popular y sirve para salir del conflicto.

EGA: la fórmula mágica

E, de esdrújulas; G, de graves; A, de agudas. Aunque las reglas de acentuación parecen ser la clave, para poder aplicarlas hay que saber clasificar las palabras. Ver si es A, G o E resulta sencillo con esta fórmula es fácil. El primer paso consiste en separar la palabra en sílabas, empezando de atrás y poner: la A sobre la última sílaba; la G sobre la anterior y la E sobre la tercera. Según en qué columna se ubique la sílaba tónica -la que se pronuncia con mayor intensidad, con o sin tilde- la palabra será A, G, E. Así, «mariposa» y «lápiz» son graves; «retratar» y «escorpión», agudas; y «lámpara» y «vínculo», esdrújulas. Una vez identificadas, hay que aplicar las reglas de acentuación.

¿Cuándo y dónde pongo la tilde?

Resuelto el primer desafío, llega el segundo: memorizar las reglas de acentuación. Las agudas llevan tilde en la última sílaba cuando terminan en n, s o vocal. Las graves o llanas, en la penúltima si no terminan en n, s o vocal. Las esdrújulas siempre llevan tilde en la antepenúltima sílaba. Aunque son palabras poco frecuentes que resultan de la unión de una forma verbal y dos o tres pronombres, debo mencionar las «sobresdrújulas«. Son aquellas en las que es tónica alguna de las sílabas anteriores a la antepenúltima y siempre llevan acento ortográfico: Cómetelo, llévensela, habiéndosenos. Rarezas propias de algunos discursos escritos, muy difíciles de pronunciar, ergo muy poco empleadas.

Un monosílabo, dos significados

Otra de las consultas que me llegaron: la tilde en este tipo de palabras. Los monosílabos por lo general no llevan tilde (miel, fe, dio, fue, sol), pero sí la llevan cuando el objetivo es distinguir sentidos. Tal como lo explica la Ortografía de la lengua española, la tilde diacrítica se utiliza «a fin de diferenciar en la escritura ciertas palabras de igual forma, pero distinto significado, que se oponen entre sí por ser una de ellas tónica y la otra átona».

Son unas pocas palabras de uso muy habitual que es necesario tener en claro para poder emplear bien. ¿Cuándo llevan tilde «se» y «de»? ¿Qué diferencia hay entre «mas» y «más»? ¿Cuándo «aún» no lleva acento? Sin contemplar todos los detalles técnicos, vamos a explicar las diferencias de las de uso más frecuente, para el resto se puede consultar la lista confeccionada por RAE.

Sé (verbo saber o ser); se (pronombre personal). Ejemplo: Sé que te lo dijo, sé honesto por una vez , él se lo merece.

Aún (equivale a todavía, por la tilde es una palabra de dos sílabas); aun (se puede reemplazar por incluso, hasta, también). Ejemplo: Aun los más modernos lo aceptan. Aún no es momento de cambiarlo.

Más (indica cantidad); mas (equivale a pero). Ejemplo: Quería resolverlo más rápido, mas no pude.

De (preposición); dé (verbo dar). Ejemplo: Le exijo que dé una explicación sobre el origen de la plata.

No prometo un capítulo tres sobre acentuación, pero sé que en este tema siempre queda tela para cortar. Espero que esta colaboración les resulte útil a los padres cuando sus hijos les acercan columnas vacías y una lista de palabras para clasificar. No es un tema de chicos, sirve. En tiempos de construcción de imagen positiva, escribir bien siempre suma. Es bueno tenerlo en cuenta.

Fuente: Silvana Stabielli, TN.