Netflix: Dash & Lily es una encantadora serie navideña con dos carismáticos protagonistas

MIRÁ EL TRÁILER. A pesar de no poder eludir ciertos lugares comunes, la serie de ocho episodios de Netflix es un pequeño triunfo

Dash & Lily (Estados Unidos/2020). Creador: Joe Tracz. Basada en: Dash & Lily’s Book of Dares de David Levithan y Rachel Cohn. Elenco: Austin Abrams, Midori Francis, Dante Brown, Troy Iwata. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: buena.

«The Strand te deja completamente solo, atrapado entre las fuerzas de la organización y la idiosincrasia, y la idiosincrasia gana cada vez. En otras palabras, era mi lugar. Siempre estaba con ganas de buscar nada en particular cada vez que iba». Eso se puede leer en el comienzo del libro de Rachel Cohn y David Levithan, Dash & Lily’s Book of Dares, editado en 2010, y cuya segunda parte fue lanzada seis años después. La serie original de Netflix creada por Joe Tracz -que tiene entre sus productores a Nick Jonas- toma esta declaración de principios sobre la popular librería neoyorkina, y la convierte en su punto neurálgico en esta adaptación de la novela young adult. Dash & Lily ingresa indefectiblemente en el amplio catálogo de producciones navideñas de la plataforma y, al mismo tiempo, logra emanciparse de ciertos lugares comunes que hallamos en el ADN del subgénero.

La historia está ambientada en las fiestas, y uno de sus protagonistas cree fervorosamente en la magia proveniente de la Navidad. Asimismo, el diseño de producción no le escapa a los detalles alusivos que pudimos ver en diversas series y películas, y que aquí tiene un mayor cuidado. Sin embargo, lo que busca Tracz como showrunner es abordar un vínculo ciertamente atemporal, y con una máxima que atraviesa los ocho episodios: es fácil sentirse solo aún estando acompañado, e independientemente de la fecha.

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El puntapié del relato es una propuesta -casi un salto al vacío- que lleva a cabo Lily (Midori Francis), una joven cuyos aliados casi excluyentes son los libros. En un intento por no descuidar su vida social, deja una libreta en uno de los estantes de The Strand elegido cuidadosamente. Es decir, entre El guardián entre el centeno y Franny y Zooey de J.D. Salinger. Sí, no deja de ser un cliché utilizar al autor como símbolo de una generación golpeada por el desencanto. Lo que salva a Dash & Lily de ese traspié es su autoconsciencia. Su creador no ignora que Salinger es un elemento trillado pero, en simultáneo, lo considera (objetivamente) un mascarón de proa de esa literatura juvenil que él mismo toma como punto de partida. En síntesis: sus textos son tan ineludibles como, por citar otro ejemplo, los de Jack Kerouac.

Midori Francis, una revelación de la serie

Midori Francis, una revelación de la serie Crédito: Netflix

Dash (Austin Abrams, en camino a convertirse en un gran actor, como pudimos vislumbrar en el film Cuidades de papel, y en la serie This Is Us) encuentra la libreta de Lily, pero no por un hecho fortuito. Él está allí porque, al igual que la joven, disfruta de esa sección de The Strand como si no existiera nada más en el mundo. Esta es una gran diferencia entre la serie y exponentes similares: no se nos machaca con reflexiones sobre el destino, sino que se nos muestran los hechos con un ancla en la realidad. En Dash & Lily no hay casualidades, más bien causalidades. Si los protagonistas comienzan a comunicarse a través de esa suerte de diario -la idea inicial de la joven- es porque fueron unidos por intereses en común. En este aspecto, ambos personajes están construidos con un nivel de profundidad que no llegaría a buen puerto si no fuera por Abrams y Francis, y por algunas decisiones argumentales bien trabajadas, como la relación de Lily con su núcleo familiar, y el origen de la apatía de Dash.

La librería The Strand, epicentro de la acción del primer episodio
La librería The Strand, epicentro de la acción del primer episodio Crédito: Netflix

De todos modos, por momentos la serie se vuelve presa de los códigos young adult, y esto se percibe en sus personajes secundarios. Desde la exnovia que regresa para dilatar la trama, hasta un viejo compañero de la secundaria cuya función es la misma, ciertos roles prototípicos funcionan más como relleno que autónomamente. Por otra parte, sin revelar demasiado, solo diremos que como la producción va construyendo en detalle el camino hacia su clímax, el encuentro cara a cara de sus protagonistas resulta un tanto abrupto. Lo meritorio es que, a pesar de trastabillar en esos puntos, Dash & Lily mantiene su encanto hasta el final.

La primera temporada de Dash & Lily ya se encuentra disponible en Netflix.

Fuente: Milagros Amondaray, La Nación