Novela romántica: un fenómeno con las mujeres como protagonistas

En 2019, el primer encuentro de novela rosa superó el cupo de audiencia. Ya sea en su vertiente biográfica o erótica, el género es un éxito editorial en la Argentina con un público bien definido: nueve de cada diez lectores son mujeres de todas las edades.

De cada diez personas que compran una novela romántica, nueve son mujeres. Culebrones, romances prohibidos, relatos eróticos, biografías ficcionalizadas: con todas sus variantes, el género romántico causa furor entre las argentinas. Los datos de las librerías y editoriales indican que es el género menos afectado por la crisis que atraviesa la industria. Los títulos de las autoras románticas más populares del país venden en promedio unos 20.000 ejemplares. Y hay megasellers que ya han superado el millón de libros vendidos. este domingo 10 de noviembre, escritoras y lectoras se reunieron en la segunda edición del festival Historias que Enamoran, en la Biblioteca Parque de la Estación.

«Si bien hay rastros de novela romántica desde la época de la literatura clásica y ya con la literatura moderna surgen exponentes muy claros, sobre todo en habla inglesa, en la Argentina comenzamos a publicar autores locales del género hace unos quince años. Hasta 2000, aproximadamente, los títulos románticos que se publicaban a nivel local, salvo algunos pocos casos, eran traducciones. Dos de las grandes excepciones fueron Cristina Bajo y Florencia Bonelli, que empezaron a publicar entre fines de la década del 90 y comienzos de 2000. Ellas lograron, apenas publicadas, romper el nicho del género y transformarse en best sellers de inmediato», contó Florencia Cambariere, directora literaria de la División Comercial de Penguin Random House.

Según la editora del grupo PRH, que organiza la segunda edición del festival Historias que Enamoran, la excelente recepción que tuvieron autores del exterior los hizo notar el enorme potencial de lectoras argentinas ávidas de encontrarse con voces locales dentro del género. Así fue como en 2008 publicaron a Gloria Casañas y fue un éxito inmediato. «Desde aquel momento el género no para de crecer y es uno de nuestros segmentos de lectores más sólidos e incluso cercanos. Además, estas escritoras no hacen más que superarse desde la investigación y el oficio con el que trabajan sus obras. Muchas de ellas no son solo autoras románticas porque sus lectores las leen por muchos atributos más que exceden el género», agregó Cambariere.

Alrededor de 300 participantes (casi todas mujeres) se reunieron en la Biblioteca Parque de la Estación para escuchar charlas de sus autoras favoritas: entre ellas, Casañas, Gabriela Exilart, Gabriela Margall, Anabella Franco, Andrea Milano, Graciela Ramos, Fernanda Pérez, María Border, Mariana Guarinoni y Mirta Pérez Rey. Las invitadas internacionales son Vanessa Montfort (Barcelona, 1975) y Mercedes Ron (que nació en Buenos Aires en 1993, pero es ciudadana española). Con entrada gratuita, la inscripción para participar del encuentro completó el cupo disponible en una hora y media.

Novelista y dramaturga, Montfort es autora de Mujeres que compran flores (Plaza y Janés, 2016), un fenómeno literario global que ya lleva 22 reediciones cuyos derechos se han vendido a Estados Unidos, Francia, Portugal, Alemania, Noruega, Corea y Bulgaria, entre otros países. Su última novela es El sueño de la crisálida (Plaza y Janés), una historia de amistad entre dos mujeres rebeldes. Montfort fue entrevistada por Patricio Zunini.

Ron, por su parte, se hizo famosa con su novela Culpa mía a través de la plataforma de Wattpad, donde tiene 400.000 seguidores. Con la primera parte (Culpa mía) y la segunda (Culpa tuya) superó los 37 millones de lecturas digitales. Y con Culpa nuestra, publicado en febrero de 2018, el cierre de su trilogía Culpables, alcanzó el récord de 60 millones de lecturas en Wattpad y más de 100.000 ejemplares impresos vendidos. De visita al país, la joven autora va a presentar el segundo título de la saga Enfrentados, Ébano, una historia de amor con intrigas.

Cuando se pregunta a la editora de PRH si se trata de un boom destinado a permanecer o de una moda pasajera, Cambariere asegura: «El género romántico es un boom ya clásico porque no solo se sostiene en el tiempo sino que no para de crecer a pasos agigantados. Eso sí, no vende cualquier libro. Hay una búsqueda de voces muy exigente para lograr construir voces narrativas que permanezcan vivas en un catálogo. No publicamos libros que consideramos de baja calidad, sino autoras que se transformen en fondo editorial y que nos sigan trayendo nuevas y buenas novelas. Nuestro catálogo vivo es una prueba de ello».

Suspiros de amor verdadero

¿A qué se debe el furor por las historias románticas? Responde Gloria Casañas, una de las autoras argentinas más exitosas del género: «Pienso que la novela romántica toca las fibras más íntimas, remueve las emociones y también la ilusión de que el amor verdadero es redentor. Eso puede ser muy real cuando se lo encuentra, y es un deseo, un anhelo de todo ser humano. ¿A quién no le gusta enamorarse perdidamente? Las historias de amor permiten esa vivencia, aunque sea en la fantasía del lector, pero con la secreta esperanza de que se vuelva realidad».

Con once novelas, que vendieron más de 300.000 ejemplares, Casañas es referente de la novela histórica y romántica, una de las variantes del género. En el best seller La maestra de la laguna (2010) narra una historia de amor que transcurre entre Boston y la Argentina, a través de las maestras norteamericanas que trajo al país Domingo Sarmiento. La escritora cerrará el festival hoy, a las 15.15, con la charla «La escritura como tapiz. El hilo con el que se teje la historia», moderada por Cambariere.

Para Gabriela Margall, autora de Lo que no se nombra y Ese ancho río entre nosotros, entre otras novelas, hay varios motivos que pueden explicar la pasión de las argentinas por las novelas históricas. «Uno es conocer la historia contada de otra manera, a través de personajes que no son necesariamente conocidos o importantes. Por otro lado, la novela histórica nos permite bucear en nuestra identidad, es una forma de conocernos. El pasado siempre es una pregunta, desde chicos, y la novela histórica es una de las formas de responder a esa pregunta». Justamente, la charla en la que participará Margall, junto con otras autoras, tiene como título «Entre la realidad y la ficción. La historia como novela».

Este mes, el sello Grijalbo publicó la segunda antología romántica Ay, pasión. Historias que enamoran, que reúne relatos de «amor, deseo y seducción» escritos por Bajo, Casañas, Florencia Bonelli y Margall, entre otras. Del primer volumen, Ay amor. Diez historias para enamorarte, publicado en mayo de 2017, se vendieron más de 50.000 ejemplares. Ay, pasión tendrá una mesa propia en el festival a las 12.30: Guarinoni, Milano, Border y Pérez Rey responderán preguntas de la audiencia.

Las lectoras románticas son tan ávidas que consumen libros en papel y electrónicos. En el último tiempo, además, también se están instalando con fuerza las versiones narradas en audiolibros.

La relación cercana de las autoras con las mujeres que compran sus novelas también es un fenómeno en sí mismo. «La fidelidad de las lectoras sorprende a los que no están dentro del género. Como escritora la viví siempre y solo empecé a preguntarme por ella cuando me hacían esa pregunta. Creo que una posible respuesta es que no hubo intermediarios, en especial en los inicios. La relación entre lectora y escritora era directa y eso generó una relación personal que sigue hasta hoy. En mi caso hay lectoras a las que hoy llamo amigas», asegura Margall.

Para Casañas, «el fervor de las lectoras es una continua fuente de sorpresa y gratitud, porque no hay que dar nada por sentado, esa fidelidad es algo raro y precioso». Y agrega: «Creo que la comunicación en las redes sociales la fomenta y la mantiene. Y luego los encuentros como este festival son el broche de oro que la consolida. Nunca son suficientes, siempre quedan ganas de más, más novelas y más encuentros. Y se da un fenómeno único, el lector se torna confidente muchas veces, es un círculo que gira y gira, siempre celebrando que los libros nos unan».

Fuente: Natalia Blanc, La Nación