¿Qué intención tiene esta nota? Las teorías conspiranoicas crecen con la pandemia

Desde microchips en las vacunas hasta la existencia de un clon de Trump, son muchos los que creen en poderes que no vemos y que manejan el mundo.

El pensamiento conspiranoico se expande por doquier. “A partir de la pandemia de coronavirus, sus ideas han ganado visibilidad, se han organizado manifestaciones y realizado declaraciones públicas en todo el mundo”, opina el experto Noel Ceballos (Madrid, 1985), que acaba de publicar el ensayo El pensamiento conspiranoico (Arpa).

Ceballos, ensayista, novelista y periodista, afirma –por teléfono desde Madrid– que “lo que antes era marginal, a raíz de la pandemia, se ha colocado en el centro de la conversación”.

El español Miguel Bosé ha sido uno de los que salió del armario: acusó a “Bill Gates el eugenésico” de fabricar vacunas que causan muchos muertos en todo el mundo y de introducir en ellas “microchips o nanorobots para obtener todo tipo de información de la población mundial con el único fin de controlarla”.

Alex Jones llegó a decir que el Trump que salió restablecido del hospital en octubre del 2020, tras pasar el coronavirus, era un clon.

Esta es una teoría que “cree el 28 por ciento de los estadounidenses, porcentaje que crece hasta el 44 por ciento entre los votantes del Partido Republicano”.

“El pensamiento conspiranoico es compartido por gente muy diversa en diversos países, y refleja los miedos ocultos de cada época”, dice.

Hay ejemplos francamente llamativos. A la muy conocida teoría terraplanista se suman otras como que el tiempo cronológico en que vivimos es una estafa.

Noel Ceballos. El autor de "El pensamiento conspiranoico". Foto Cortesía Arpa Ediciones

Noel Ceballos. El autor de «El pensamiento conspiranoico». Foto Cortesía Arpa Ediciones

Esto lo defiende la Sociedad para la Reconstrucción de la Historia Humana y Natural, un grupo de historiadores que sostienen que la historiografía oficial cuenta 300 años de más entre el año 1 d.C. y el 1500 -en concreto, nos habrían inflado la Edad Media-, con lo que el emperador romano Augusto habría vivido realmente hace mil setecientos años en lugar de hace dos mil.

Otros aseguran que esas estelas de condensación –como nubes– que dejan los aviones cuando vuelan a gran altura son en realidad agentes químicos o biológicos con los que nos riegan a la población.

En Estados Unidos

Estados Unidos, “país líder en situar la conspiranoia como eje de su sistema político, a partir del asesinato de Kennedy”, brinda ejemplos tan notables como el de QAnon, “una teoría que sostiene que hay un Estado profundo en la administración estadounidense, una elite izquierdista pederasta que secuestra y viola niños, y que Trump trabajaba como presidente de forma secreta para desmantelarla”.

El antisemitismo moderno, con precedentes en la Revolución Francesa, tiene un hito en los Protocolos de los sabios de Sión (1902), un falso documento que «revela» una trama judía para dominar el mundo y que fue una creación de la policía secreta rusa para justificar los pogroms.

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Hitler lo leyó y fue determinante para provocar el Holocausto«, dice Ceballos. Hoy, esta línea conspiranoica se centra, como antes sucedía con el banquero Rotschild, en la figura del financiero George Soros, supuesto supervillano que domina el mundo desde las sombras. “Eso sirve para eludir las explicaciones más complejas, tranquiliza, porque creer que vivimos en el caos genera más ansiedad”.

Franco, un pionero

Aparece asimismo el dictador Francisco Franco, como conspiranoico pionero, escribiendo bajo el seudónimo de Jakim Boor sobre una secta ultranacional adicta a los sacrificios humanos. “Fue un maestro uniendo a todos sus enemigos en una única entidad, la conspiración judeo-masónica internacional”.

En Estados Unidos, mención especial para Alex Jones, influyente ultraderechista que llegó a decir que el Trump que salió restablecido del hospital en octubre del 2020 tras pasar el coronavirus era un clon. Lo curioso es que el mismo Trump, “el primer presidente conspiranoico, es uno de sus fervientes seguidores”. De aquellos polvos, el asalto al Capitolio del pasado mes de enero.

“Una teoría que sostiene que hay en Estados Unidos una elite izquierdista pederasta que secuestra y viola niños”

"Una teoría que sostiene que hay en Estados Unidos una elite izquierdista pederasta que secuestra y viola niños"

Noel Ceballos

ENSAYISTA

El novelista Felipe Benítez Reyes (Rota, 1960), por su parte, es autor de la novela La conspiración de los conspiranoicos , donde aborda el mismo tema desde la ficción. “Me irritaban todas estas teorías –explica, en conversación telefónica– en torno a la pandemia, una manera de exorcizarlas fue imaginar cómo sería una reunión de cinco amigos conspiranoicos, cada cual con sus fantasías al vuelo libre.»

El escritor los define como «gente con un yo público muy alocado pero que son personas con su familia, su vida laboral, de apariencia normal aunque de pensamiento anómalo. Es una sátira en la que no he añadido nada, he eliminado incluso algunas teorías reales por demasiado grotescas”.

El escritor constata también la existencia de “muchos semiconspiranoicos, que no saltan del todo al lado oscuro, pero que te dicen ‘algo de esto hay’».

¿Clon? Trump se saca el barbijo poco después de salir del hospital por coronavirus.  Foto Reuters

¿Clon? Trump se saca el barbijo poco después de salir del hospital por coronavirus. Foto Reuters

Ceballos se detiene en la abundante producción cultural dedicada al tema, con por ejemplo la emblemática serie Expediente X –“que puso cuerpo a los miedos de los años 90”–, grupos musicales, películas (Capitán América: Soldado de invierno) o novelas como Nigromante de William Gibson, que acuña el término megacorporación

“El problema es cuando todo esto pasa de la ficción a la no ficción, cuando la gente se cree que existen organizaciones como la Spectra de James Bond o la Hydra de Marvel”.

El ensayo detecta la expansión de estas ideas y se pregunta hasta dónde puede llegar. Aunque, si los conspiranoicos tienen razón y los medios de comunicación estamos teledirigidos por fuerzas oscuras, la pregunta pertinente sería: ¿qué intenciones esconde la publicación de este artículo?

Fuente: La Vanguardia, Clarín