Siete de cada diez estudiantes de quinto año de la ciudad de buenos Aires desearía irse del país cuando termine el secundario

Muchos adolescentes se muestran preocupados por la pérdida de calidad de vida que viven sus familias como consecuencia de la inflación

Cuando termine quinto año en 2023, Macarena P. quiere buscar trabajo, pero no en la Argentina, sino en Holanda o en algún otro país de Europa, porque tiene ciudadanía italiana. En tanto, Jazmín, de 17 años, piensa mudarse a Uruguay, donde ya se radicó su padre hace dos años, para estudiar turismo. No son casos aislados. Según una reciente encuesta que hizo el Ministerio de Educación porteño, entre alumnos del último año del nivel secundario, casi siete de cada diez desean buscar trabajo fuera del país

Durante agosto último, el Ministerio de Educación, a cargo de Soledad Acuña, realizó una encuesta entre 939 estudiantes de quinto año de instituciones públicas y privadas de la ciudad que participan de un curso de educación financiera que se dicta en ese nivel. Se trata de una capacitación y práctica educativa en ambientes laborales que este año lanzó el gobierno porteño.

En ese contexto, de cara a la finalización de la escuela secundaria, a los alumnos se los consultó sobre distintas cuestiones, como por ejemplo cuáles eran sus planes, proyectos y deseos para después de concluir sus estudios. El cuestionario incluía preguntas acerca de la percepción de la inflación, la situación económica del país y la visión de futuro relacionada con el empleo y los estudios superiores.

Según surge de los resultados, el 68,5% de los adolescentes encuestados declararon que evalúan buscar un trabajo fuera de la Argentina al terminar sus estudios secundarios. Además, un 56,3% respondió que se propone continuar sus estudios en el exterior.

“Quienes más perdieron esa esperanza o mirada de futuro son los jóvenes. Y no hay nada que podamos hacer para adelante si no es creyendo que hay un sueño posible, creyendo que hay algo mejor por lo que podemos trabajar y por lo que tenemos que esforzarnos. Porque al futuro lo diseñamos, lo vamos armando y pensando. Y si no hay esperanza, nada de eso se puede armar”, indicó a LA NACION Acuña, ministra de Educación de la ciudad, al referirse al resultado del relevamiento.

“Es un dato que nos duele muchísimo”, había sostenido Acuña en declaraciones radiales ayer al adelantar que existen otros números igual de “críticos” que muestran “la desesperanza y al angustia de los jóvenes”.

Un dato que resultó llamativo para las autoridades educativas porteñas es el alto nivel de ansiedad con el que estos estudiantes se refieren al largo plazo. “¿Qué emociones te genera pensar en tu futuro?”, se les consultó. Según los resultados, un 35,6% expresó que pensar en su futuro le genera ansiedad. Otras emociones que surgieron en el relevamiento oficial fueron esperanza (21,6%), felicidad (15,2%), temor (8,6%) y tristeza (0,8%). Otro 18,1% no supo definirlo.

Poco optimismo

Pocos de los chicos relevados por Educación porteña se mostraron optimistas al momento de pensar en el futuro. “¿Cómo creés que será la situación económica del país en cinco años?”, fue otra de las preguntas. Así, el 57,8% consideró que será peor. En tanto, el 23,6% dijo que cree que será igual y solo un 18,5%, que será mejor.

Cuando se les preguntó qué pensaban sobre la inflación, el 94,4% dijo que le preocupa porque “afecta su calidad de vida”, “hace que el sueldo alcance menos y no se puede ahorrar”. Solo una parte minoritaria (3,5%) dijo que no le preocupa porque no le afecta en nada y un 1,9% que no sabe lo que es y no le preocupa.

El curso de educación financiera comenzó en abril de 2022 y tiene por objetivo acompañar la formación de los estudiantes de quinto año de las escuelas medias, artísticas, normales, técnicas y privadas de la ciudad de Buenos Aires.

“A través de la educación financiera y del desarrollo de las habilidades socioemocionales para la vida, busca mejorar las condiciones de empleabilidad de los chicos”, indican desde el Ministerio de Educación de la ciudad.

El contenido está dividido en dos ejes principales: por un lado, “educación financiera” y, por otro, “habilidades para la empleabilidad”. El curso profundiza en temáticas propias y específicas de educación financiera para la vida, el ejercicio de la ciudadanía y el trabajo, a la vez que aborda las nuevas demandas que el mercado laboral requiere sobre el desarrollo de habilidades socioemocionales y digitales.

Este es el primer relevamiento que se hace sobre esta temática puntual, admitieron anoche desde la cartera educativa, aunque pusieron el énfasis en que ya durante la pandemia se hicieron encuestas a padres y docentes sobre distintas cuestiones, teniendo en cuenta que durante más de un año, por decisión del gobierno nacional, las escuelas permanecieron cerradas y solo se daban clases de forma virtual. “Hacemos todo el tiempo encuestas. Nos sirven para ajustar los cursos, ver qué aspectos trabajar con más profundidad, ajustar los contenidos, acompañar a los estudiantes”, se indicó desde la cartera educativa.

Fuente: La Nacion.