Un hallazgo argentino en la Antártida impacta en la teoría evolutiva de las aves

Investigadores del Instituto Antártico Argentino (IAA) dieron a conocer el hallazgo de restos fósiles de un nuevo género y especie de ave de unos 65 millones de años de antigüedad en la isla Marambio, al noreste de la Península Antártica, según informó la cancillería argentina. Los científicos argentinos trabajando en la zona del hallazgo 

El descubrimiento fue realizado en la campaña de 2007 en el marco de un proyecto coordinado por el Instituto Antártico Argentino.

Luego de años de preparación y estudio el ave encontrada fue asignada a un grupo similar a los patos, gansos y cisnes actuales. Los restos fósiles corresponden a un esqueleto casi completo, y es el registro más completo de un ave de la Antártida.

El fósil del ave prehistórica Crédito: MRECIC«Se trataría de un ave voladora, con patas alargadas, que habitaba en un ecosistema de bosques templados. El hallazgo permite suponer que la forma típica del pico de los patos actuales habría aparecido tempranamente en la evolución de este grupo de aves», señalaron.

Se lo denominó Conflicto antarcticus debido a su conflictiva posición sistemática, dado que sus características son diferentes a otras aves conocidas. Su descubrimiento representa un registro fósil de ave no marina muy importante para el hemisferio sur y la hipótesis desarrollada en el trabajo a partir de este hallazgo podrá constituir la base de nuevas teorías sobre la evolución de las aves modernas.

Según el comunicado oficial, se trata del primer cráneo de un pingüino fósil que tiene el pico completo. Este hallazgo permitirá realizar importante avances en los estudios evolutivos de estas aves que hoy se distribuyen exclusivamente en los mares australes.

Los científicos argentinos trabajando en la zona del hallazgo Crédito: MRECICEl proyecto está dirigido por el doctor Marcelo Reguero, del Instituto Antártico Argentino, y el grupo de campo está compuesto por los doctores Javier N. Gelfo, Nicolás Bauzá y Carolina Acosta Hospitaleche, del Museo de La Plata, UNLP y el CONICET.

Fuente: La Nación