Vivir 100 años o más: la clave estaría en el sistema inmunitario, según un estudio de The Lancet

Expertos de Estados Unidos encontraron que las personas centenarias tienen “factores protectores” que les permiten recuperarse de enfermedades y alcanzar la longevidad. Los detalles

El sistema inmunológico de las personas de 100 años o más sigue funcionando con el paso del tiempo y retrasa las enfermedades relacionadas con la vejez (Getty)

La longevidad es un tema neurálgico para la ciencia, que apunta a profundizar sobre calidad y expectativa de vida a través de robusta evidencia. En ese sentido, recientemente, un grupo de investigadores de Estados Unidos analizó los sistemas inmunitarios de 14 personas centenarias -de 100 años o más– y encontró allí una respuesta reveladora.

“Estos individuos albergan sistemas inmunológicos únicos y altamente funcionales que se han adaptado con éxito a una historia que les permite lograr una longevidad excepcional”, introdujeron en el estudio, que fue publicado en la revista científica eBioMedicine, que pertenece a The Lancet. Los autores integran la Facultad de Medicina Chobanian & Avedisian de la Universidad de Boston y el Centro Médico Tufts.

“Muchas personas centenarias -siguieron en la investigación- experimentan retrasos en las enfermedades relacionadas con el envejecimiento y la mortalidad, lo que sugiere que sus sistemas inmunológicos siguen funcionando aun en la vejez extrema”.

Los factores protectores del sistema inmunológico colaboran en la recuperación de infecciones y patologías, según los expertos (Getty)

Los factores protectores del sistema inmunológico colaboran en la recuperación de infecciones y patologías, según los expertos (Getty)

Para llegar a estas conclusiones, los expertos estudiaron y secuenciaron las células mononucleares de sangre periférica (PBMC, tal como se las conoce científicamente) y las individuales, buscando abarcar una amplia categoría de células inmunes que circulan en la sangre. Este análisis se llevó a cabo en 14 personas de 100 años o más y en otras 52 de entre 20 y 89 años.

“Encontramos tres patrones de modificación en la composición del tipo de células inmunitarias y los perfiles de expresión génica a lo largo de la vida humana, que incluyen cambios relacionados con el envejecimiento que son exclusivos de los centenarios. Los cambios transcripcionales únicos que observamos en los centenarios en comparación con edades más jóvenes apuntan a cambios en la regulación metabólica. Estos hallazgos proporcionan una base para investigar los mecanismos de resiliencia inmunitaria de la longevidad extrema como objetivo para las terapias de envejecimiento saludable”, plantearon en la investigación.

Tanya Karagiannis, una de las autoras, analizó: “Nuestros datos respaldan la hipótesis de que los centenarios tienen factores protectores que les permiten recuperarse de la enfermedad y llegar a edades extremas”.

Por su parte, Stefano Monti, otro de los científicos a cargo del trabajo, apuntó: “Reunimos y analizamos lo que es, según nuestro conocimiento, el conjunto de datos unicelulares más grande de sujetos centenarios que nos permitió definir características únicas de esta población que respaldan la identificación de factores moleculares y de estilo de vida que contribuyen a su longevidad”.

Las células mononucleares de sangre periférica estudiadas por estos expertos tienen un rol fundamental en el sistema inmune (Getty)

Las células mononucleares de sangre periférica estudiadas por estos expertos tienen un rol fundamental en el sistema inmune (Getty)

En ese tono, según los investigadores, cuando las personas están expuestas a infecciones y se recuperan, su sistema inmunitario aprende paulatinamente a adaptarse. Y si bien esta capacidad de respuesta disminuye a medida que pasan los años, en los individuos centenarios se sostiene de una manera particular. “La longevidad extrema de estas personas muestra un cambio en la estrategia de resistencia inmunológica, en comparación con los grupos de edad más jóvenes”, postularon.

Así lo describió, a su turno, Paola Sebastiani, una de las científicas que realizó el estudio: “Los perfiles inmunitarios que observamos en los centenarios confirman un largo historial de exposición a infecciones y capacidad para recuperarse de ellas y respaldan la hipótesis de que los centenarios están enriquecidos con factores protectores que aumentan su capacidad para recuperarse de infecciones”.

“Los centenarios y su longevidad excepcional proporcionan un modelo de cómo podemos vivir vidas más productivas y saludables. Esperamos seguir aprendiendo todo lo que podamos sobre la resiliencia contra las enfermedades y la extensión de la salud”, añadió George Murphy, colega de Sebastiani en este trabajo.

Para el genetista de Harvard David Sinclair, la vejez "no es inevitable" (Getty)

Para el genetista de Harvard David Sinclair, la vejez «no es inevitable» (Getty)

¿El envejecimiento es una enfermedad y tiene cura?

El experto genetista y especialista en envejecimiento de la Escuela de Medicina de Harvard, David Sinclair, asegura que la vejez no es una etapa natural de la vida, sino una enfermedad que debe ser tratada y curada. Estas afirmaciones se apoyan en 20 años de estudio en la materia, en los que concluyó que debe repensarse la forma de concebir el envejecimiento ya que, según sostiene, “no es inevitable”.

“No hay ninguna ley en biología que diga que debemos envejecer. No sabemos cómo detener esto, pero estamos mejorando para reducir la velocidad. Y, en el laboratorio, pudimos revertir el proceso”, postuló Sinclair en una reciente entrevista a la BBC. Para el científico australiano, la ciencia puede hacer grandes avances en este campo que permitirán que en un futuro cercano pueda revertirse el envejecimiento usando medicamentos que, en la actualidad, están siendo investigados y testeados con este propósito y están comenzando a dar resultados iniciales alentadores.

¿Cuáles son los hábitos que pueden acelerar el envejecimiento? Según señaló el experto en otro reportaje con el diario El Mundo, “lo peor que se puede hacer es fumar, porque las toxinas rompen el ADN. Lo siguiente, no hacer ejercicio y tomar sol. En general hay que evitar químicos y tóxicos, es mejor no beber en botellas de plástico, ni agua del grifo”.

En cuanto a la ingesta calórica, Sinclair sugirió comer tres veces al día y alejarse de la mala costumbre del “picoteo” durante el día, porque en este caso el cuerpo “está en modo abundancia, no supervivencia. Engañar al organismo haciéndole creer que está en tiempos difíciles, con ayuno y ejercicio, es la manera idónea para sentirnos mejor”, cerró.

Fuente: Infobae