Vivir en un país y trabajar en otro será la norma en los próximos años

En EE.UU. y Europa falta mano de obra y se piensa en cubrir con empleados que trabajen desde sus casas aunque estén en otros continentes.

Frente a la “gran dimisión”, el fenómeno de millones de personas que están abandonando sus empleos desde la pandemia, trabajar en otro país podría convertirse en la norma, afirmó la economista jefe de la compañía estadounidense especializada en empleo ADP.

“La migración pospandémica no va a ser como antes, desde el punto de vista de la movilidad”, dijo Nela Richardson a la AFP en una entrevista durante el Foro de Davos.

“La tecnología que nos ha permitido trabajar a distancia podría ayudar a la movilidad del mercado laboral internacional”, afirmó.

Según ella, “dentro de cinco o diez años, el teletrabajo no consistirá solo en trabajar desde casa, sino también, por ejemplo, en trabajar para una multinacional india desde Brasil”, añade la economista.

Estas tendencias se verán aceleradas por la disminución de la mano de obra en los países desarrollados año tras año, especialmente en Estados Unidos y Europa, donde la población envejece y será necesaria la inmigración laboral.

Pandemia

La pandemia ha provocado grandes oleadas de dimisiones, sobre todo en Estados Unidos, donde millones de personas han dejado sus puestos de trabajo o se han jubilado anticipadamente.

Sin embargo, la inmigración virtual, de personas que trabajan desde el extranjero a través de las tecnologías digitales, plantea una serie de problemas normativos y de legislación laboral, dijo Richardson, ya que las empresas tienen que adaptar su legislación laboral al lugar donde emplean a su mano de obra. No sólo por una nueva tendencia, el home office se está generalizando. También por cuestiones económicas.

España alentará el teletrabajo de los funcionarios públicos y limitará el aire acondicionado en dependencias oficiales para reducir su consumo energético, en el marco de los llamamientos de Bruselas para acabar con la dependencia europea del gas ruso.

En virtud del “plan de eficiencia energética” publicado ayer en el boletín oficial (BOE), el termostato de los aires acondicionados no deberá ser inferior a los 27 ºC, para que “la climatización de los locales se produzca con el menor consumo de energía”.

En invierno, el de la calefacción no podrá superar los 19 ºC.

Estas medidas se aplicarán “siempre que sea posible técnicamente”, precisa el texto, cuyas grandes líneas fueron desveladas el martes tras la reunión semanal del Gobierno.

Este plan prevé igualmente medidas para animar a los funcionarios a usar el transporte público para desplazarse al trabajo, así como un fortalecimiento del teletrabajo en la administración.

Los empleados del Estado podrán efectuar “tres días de trabajo a distancia por dos días de trabajo en presencial”, explicó la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, precisando que las medidas del plan se aplicarán inmediatamente.

La Comisión Europea presentó a mediados de mayo un plan de 210.000 millones de euros (225.000 de dólares) que prevé desarrollar las energías renovables, así como ahorrar sustancialmente energía para desprenderse “lo antes posible” de las importaciones de gas ruso, en respuesta a la guerra en Ucrania.

En el marco de estos esfuerzos, varios Estados miembros anunciaron medidas que afectan a los edificios públicos, como Italia, que también ordenó limitar calefacciones y aires acondicionados en escuelas y dependencias oficiales.

Fuente: Ámbito