Billie Eilish: con 17 años rompe todos los charts y es la estrella pop del momento

Sus canciones de un género híbrido, con letras entre tristes e irónicas, la convirtieron en una referencia para la generación Z; el año próximo llega a la Argentina y ya están las entradas agotadas

Sus números arrasan, su edad asombra, su aspecto encandila y su música sobresale. He aquí un puntapié arbitrario para empezar a hablar de quien, hoy, está en boca de todos: Billie Eilish.

La cantante y compositora de 17 años nacida en Los Ángeles acaba de sumar un último logro a su nutrido curriculum: se convirtió en la artista más joven nominada a todas las categorías principales de los premios Grammy. Pero su historia tiene, desde un comienzo, ribetes de todo tipo, datos curiosos, golpes de azar, y muchísimas dificultades. Por eso, vale la pena repasarla, empezando por una información que nos incumbe: Billie visitará la Argentina por primera vez el año que viene. Tocará 2 y 3 de junio en el DirecTV Arena, donde ya tiene todas las entradas agotadas.

Así de rimbombante su vida, con la contundencia de las cifras. A saber: figura entre los artistas más escuchados de Spotify en noviembre (con casi 44 millones de oyentes), y 14 temas de su disco debut When We All Fall Asleep, Where Do We Go se ubicaron en el top 100, cantidad mayor que la de ninguna artista mujer de todos los tiempos. Además, su video de «Bad Guy» fue visto por 20 millones de personas en dos días por YouTube y su cuenta de Instagram cosecha 42 millones de seguidores hoy. Por éstos y otros motivos la publicación New Musical Express la llamó: «La adolescente de la que más habla el planeta».

¿Quién es, entonces, Billie Eilish? Se trata de una muchacha californiana con antepasados irlandeses y escoceses, cuyo círculo más cercano está compuesto por artistas: mamá Maggie Baird es actriz, papá Patrick O´Connell es guionista y músico y su hermano mayor Finneas es su coautor y productor. Ambos hermanos fueron educados con mucha libertad,en su casa de Highland Park. Acaso este modo de enseñanza cultivó lo que los progenitores mismos llamaron «incubadora de prodigios». Lo habían presentido cuando Finneas pidió su primer kit de batería a los tres años y Billie compuso su primer tema en ukelele a los cuatro. Billie se hizo conocida a los 14 con la balada indie «Ocean Eyes». El tema había sido compuesto por su hermano para su banda The Slightlys, pero ella la grabó en 2015 y la subió a Soundcloud, con la intención de armar una coreografía con su profe de baile. El suceso fue tal que se hizo viral y se re editó al año siguiente. Desde entonces hasta marzo de este año, cuando editó su primer disco de estudio, la fama creció como su cantidad de fanáticos.

Billie Eilish
Billie Eilish

Y las consecuencias positivas y negativas se multiplicaron. La recepción del álbum fue contundente: bien acogido por la crítica y muy escuchado por los seguidores. Difícil de catalogar (como todo su repertorio) se suele decir de la música de Eilish que es oscura y teatral, que es siniestra y confesional, que incluye hip hop, pop minimalista, toques de trap, synthpop, R&B, balada y electrónica. Quizás también por las letras y la estética general de los videos, algunos denominaron el género como «terror pop». Sin embargo, los rótulos no alcanzan para dar cuenta de la totalidad de su propuesta. Es original, sin dudas, aunque pueda llevarnos tanto a Lana del Rey como a Kanye West. Las canciones son vulnerables y esperanzadoras al mismo tiempo. Son irónicas y tristes: forman la paleta de recursos y debilidades de la generación Z a la que ella pertenece (los nacidos entre mediados de los noventa y mediados de los 2000).

Sólo bastan como ejemplo algunas de sus letras para mostrar su espectro amplio de emociones, que van desde el ruego y el sufrimiento hasta el cinismo. Por caso, ella canta: «No digas que no soy tu tipo/ sólo decí que no soy de tu orientación sexual preferida» («I Wish You Were Gay»). Y también critica y lleva a la reflexión: «Todas las buenas chicas van al infierno/ Porque hasta la mismísima dios tiene enemigos/ y una vez que el agua empieza a levantarse y el cielo está fuera de la vista/ Ella querrá al diablo en su equipo» («All The Good Girls»).

La generación Z tiene sus propios íconos como Billie, que son tecnológicos, creativos, comprometidos y osados. Al punto de la incorrección política. Un ejemplo es, precisamente, la canción «All The Good Girls». Aunque no es la primera vez que una artista cuestiona el simbolismo religioso (recordemos a Madonna o a Lady GaGa), el tema fue repudiado por ciertos grupos por la mencionada lírica. El video trata de un ángel caido y embarrado que se arrastra por una tierra agónica, prendida fuego. Cuando la acusaron de hacer apología del demonio, ella respondió que lo que se cuenta es la crisis climática. Y ahí nomás, hace menos de dos meses, convocó a los adolescentes sumarse a las huelgas por el cambio climático.

Billie Eilish sostiene que los adolescentes saben más del mundo que nadie, que el planeta que dejan los adultos es basura y que la gente joven debería poder intervenir. «Ver que los jóvenes toman partido en protestas pacíficas y no obedecen es hermoso», sostiene con frecuencia.

Y hace su confesión: «Soy el tipo de persona a la que, si le dicen que pare de hacer algo, va a hacer lo opuesto», dijo al New Musical Express.

Pero antes de llegar a estas conclusiones y a esta seguridad personal, Billie vivió miedos y crisis entre los 13 y los 16 años. Un factor decisivo para su inestabilidad fue, vaya paradoja generacional, una red social: Twitter. «Estaba en Europa, en uno de los peores mambos mentales que había tenido. Y ahí me di cuenta. ‘¿Sabés qué? Chau’. Hay muchas cosas que no puedo parar pero puedo borrarme de Twitter¨, sostuvo a la revista Elle. Eilish miraba todos y cada uno de los comentarios. «Tengo demasiado amor por mi persona, no necesito esas opiniones», agregó luego. Una de las temáticas favoritas de sus haters fue (o es) su aspecto. Su look de cadenas y colores, su parafernalia de rapero, sus remeras abolsonadas, los buzos con capucha, y las zapatillas deportivas. Pero sobre todo, la holgadez de su vestimenta.

Billie Eilish
Billie Eilish

Le decían «vestite como una mujer. Te iría mejor». Y ella pensaba que no, porque no le podía ir mejor. «No creerían la mierda que la gente dice de mí. Es jodidamente gracioso porque, ¿quién está haciendo dinero? ¿Quién está tocando por todo el mundo? ¿Quién tiene zapatillas gratis? Yo», se explayó al respecto.

Y es tristemente irónico que, por el contrario, cuando apareció en público con ropa ajustada provocó otra catarata de opinólogos mala onda y sexistas. La misma que se vistió siempre con vestimenta extra grande para no ser sexualizada, quiso hacer uso de su total derecho de usar ropa al cuerpo. Pero cuando lo hizo, sufrió una repercusión épica porque se notaban sus pechos y eran grandes. «Voy a ser una mujer. Y quiero mostrar mi cuerpo. ¿Qué pasa si hago un video donde me muestro deseable?», se preguntó. Lo que muchos no sabían es que, hasta hacía poquito tiempo, Billie había sufrido un trastorno dismórfico corporal que no le permitía mirarse al espejo.

Otro momento álgido fue cuando circuló por Internet una recopilación de tics que ella repetía, sobre todo, con movimientos de ojos y de cabeza. Ahí nomás tuvo que salir a aclarar que sufre de síndrome de Tourette, el trastorno neurológico que se caracteriza por muchos tics motores y fónicos. Toda su gente cercana lo sabía pero ella lo tuvo que divulgar aunque nunca había querido quedar catalogada como «la cantante con Tourette».

Maggie, la mamá de Billie, contó recientemente a Rolling Stone una anécdota curiosa: su hija seguramente es la única estrella pop que sigue yendo al pediatra. «Comparte sala de espera con chicos de cuatro años», se río. La escena parece insignificante pero muestra la convivencia en un solo cuerpo y una sola mente de episodios tan disonantes como la salita pediátrica y las giras agotadoras, o como la devoción de los fans y el ensañamiento de los opinólogos.

Una constante alentadora en la vida profesional de Billie Eilish es la cantidad de artistas famosos que le dieron su bendición personal o virtualmente. Un exponente es Dave Grohl (ex Nirvana y Foo Fighters): «Lo mismo que le pasa a ella sucedía con Nirvana en 1991», sostuvo. Y comparó a la artista con Kurt Cobain, por su actitud auténtica. La elogiaron también Julia Roberts, Demi Lovato y Lana del Rey. Además de Elton John, que dijo que tiene ella un talento único, y Paul McCartney, que habló con ella por FaceTime.

Para la entrega de los Grammy, que será el 26 de enero, Billie Eilish ostenta seis nominaciones de las más importantes. Las nominaciones corresponden a seis categorías. Competirá por los rubros de mejor artista nuevo, de álbum del año y disco vocal pop ( When We All Fall Asleep, Where Do We Go), y de grabación del año, canción del año y actuación solista pop («Bad Guy»).

Casi todas las nominaciones son compartidas con su hermano Finneas, que también escribió y produjo su disco.

Fuente: Silvina Marino, La Nación