Jairo celebra cinco décadas de música con un gran álbum de colaboraciones

Algunos de sus mayores éxitos y muchos invitados especiales en el primer volumen de 50 años de música: León Gieco, Víctor Heredia, Marcela Morelo, Abel Pintos y Juan Carlos Baglietto, entre otros

Artista: Jairo. Álbum50 años de músicaTemas: Milonga del Trovador”, “Caballo Loco”, “Milagro en el bar Unión”, “Había una vez”, “Volver a vivir”, “El Ferroviario”, “Le diable”, “Por si tú quieres saber”, “Nuestro amor será un himno”, “Podría bailar toda la noche contigo”. Edición: Independiente. Nuestra opinión: Excelente.

Un disco de homenaje es una enorme caricia al alma (y al ego). Claro que, para eso, un músico tiene que tener con qué. Y Jairo lo tiene. Cuenta con medio siglo de vida artística y todas las credenciales posibles para un álbum con muchos invitados, al menos uno o dos por cada pista. Y eso fue lo que hizo, un gran autohomenaje que se llama 50 años de música.9Ads by

En ese sentido, con el alma seguramente reconfortada, se podrá dar por satisfecho. Pero la otra cara del gesto vindicativo, evocativo y de homenaje es el hecho artístico porque esto, en definitiva, es un álbum y está destinado a una audiencia. En general, los discos con muchas colaboraciones son un desfile de figuras que aportar una gran cuota de eclecticismo y resultado dispar. Afortunadamente, no será este el caso (al menos en este primer volumen de una edición doble).

En esta producción la convocatoria de artistas funciona muy bien y el repertorio (que no es de veinte ni treinta temas sino de diez excelentemente bien seleccionados), tiene la atrevida heterogeneidad que Jairo siempre ha sabido homogenizar en esa singular cualidad de “cantor nacional” (de la Argentina de los pueblos originarios y de los inmigrantes). Ese capaz de unificar lenguajes y corrientes estéticas en una sola voz: del tono melódico al folklore y de allí a la canción francesa. “Milonga del trovador” (hecha a su medida), “El ferroviario”, “Milagro del bar Unión” y “Caballo loco” (de su sólida sociedad autor-compositor con Daniel Salzano), “Le Diable” o el toque especial de María Elena Walsh en “Había una vez”. Nada de esto le resulta ajeno a su voz ni a la de sus invitados. Veamos ahora esa lista de notables, de distintas generaciones. León Gieco, Víctor Heredia, Marcela Morelo, Abel Pintos, Luciano Pereyra, Lisandro Aristimuño, la banda Eruca Sativa, Juan Carlos Baglietto, Nahuel Pennisi, Pedro Aznar, Elena Roger, Escalandum, y los hijos de Jairo (Iván, Yaco, Mario y Lucía).

Si el resultado es un disco tan notable, esto no solo se debe a la acertada convocatoria de artistas. Sin duda, la labor del productor Lito Vitale fue decisiva. Por los arreglos de cada tema y el modo como cada invitado pone la voz en las canciones se puede disfrutar de un álbum de magnífica factura. Más allá del gusto personal de cada oyente, es difícil destacar algunas versiones por encima de las otras. Es cierto que, tal vez, algunas llamen más la atención que otras, pero no será porque suenen más logradas sino por ciertas particularidades. Los climas que se consiguen con el aporte de Eruca Sativa y Abel Pintos, sumados a la voz de Jairo, hacen de la “Milonga del trovador”, que abre este disco, una versión superadora de muchas escuchadas hasta ahora. Pero, al mismo tiempo, es justo decir que no es mejor que el resto: que aquella “Por si tú quieres saber”, que Jairo transformó en un éxito hace 50 años, en España, y que aquí comparte con Marcela Morelo, con discreta instrumentación acústica; o la excelsa “Le Diable”, con Elena Roger y Escalandrum; o “Milagro en el bar Unión”, con dos de su generación, Gieco y Heredia. Yaco González, hijo de Jairo (y su socio musical desde hace un par de décadas) seguramente ha sido un gran impulsor de este notable disco de homenaje. De hecho, en el dibujo de la tapa del álbum se ve a Jairo junto a Yaco.

En 50 años de música nada suena forzado, todo está artísticamente logrado, conservando una estética, sumando con mucha sutileza el aporte de cada invitado. Jairo está lejos (por estética y por una cuestión generacional) del reggatón y del trap, géneros que lideran el mainstream de las producciones colaborativas. Pero atención que éste será uno de los mejores discos “feat” del año. Sin duda.

Fuente: Mauro Apicella, La Nación