Los 10 pueblos más encantadores de Europa

Más allá de las grandes ciudades, Europa enamora con sus pequeños pueblos en el camino, a orillas de un lago, en medio de la montaña o perdidos en el campo. ¿Cuál es tu favorito?.

1) Alberobello, Italia

Alberobello, Italia.
Alberobello, Italia. Fuente: Lugares – Crédito: Soledad Gil

Esta aldea es una joyita a sólo 59 km de Bari, la capital de la Puglia. Su particularidad son los trullis, construcciones circulares con techos cónicos de piedra caliza que son patrimonio de la UNESCO desde 1996. Habitados originalmente por campesinos, con el tiempo devinieron en objetos de culto y muy cotizados. Algunos fueron convertidos en hoteles, museos y casas con estilo.

2) Bibury, Inglaterra

Bibury, Inglaterra.
Bibury, Inglaterra. Fuente: Lugares

Para muchos, es el pueblo más lindo de Inglaterra. A tal punto que en la primera página del pasaporte de Reino Unido figura una reproducción de Arlington Row, una hilera de cottages construidas con piedra local al lado del río Coln. El poeta William Morris, que vivió hasta su muerte en 1896 en la cercana Kelmscott Manor, solía frecuentarlo y elogiarlo. Representa como pocos a la campiña inglesa, típicamente Cotswold, a poca distancia de Cirencester.

3) Ronda, España

Ronda, España.
Ronda, España. Fuente: Lugares

No es novedad que este pueblo andaluz asomado sobre un espectacular acantilado, al noroeste de la provincia de Málaga, es uno de los más impactantes de España. Su principal atractivo es el desfiladero que lo separa en dos partes: la ciudad nueva, que data del siglo XV, del casco antiguo, de la época del dominio árabe. Para unir ambas zonas se construyó el Puente Nuevo en el siglo XVIII, el gran monumento. Ronda tiene una estrecha relación con la tauromaquia: su plaza de toros es una de las más famosas e importantes del país.

4) Hallstatt, Austria

Hallstatt, Austria.
Hallstatt, Austria. Fuente: Lugares

Hay algo idílico en Hallstatt: su lago cristalino, la niebla que baja de los Alpes y una arquitectura por demás prolija, con casas de balcones de madera y cubiertos de flores. Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, tiene iglesias que datan del siglo XII, una bulliciosa plaza y restaurantes a la luz de las velas. A salvo del tráfico -no está permitido circular en auto por sus calles- el casco se mantiene intacto. Bonus: está a 79 kilómetros de Salzburgo, por lo que es una excursión de día relativamente fácil.

5) La Roque- Gageac, Francia

La Roque-Gageac, Francia.
La Roque-Gageac, Francia. Fuente: Lugares – Crédito: Cecilia Lutufyan

Desafía los siglos, adosado a una roca abrupta coronada de robles, con sus casas de alturas parejas y tejados oscuros que se reflejan en el río Dordoña (que nada tiene que envidiarle al Loira). Caminar por sus calles es trasladarse al medioevo, o a un tiempo anterior, porque en estas montañas de roca hay cavernas prehistóricas. En 1957, un bloque de roca cayó sobre el pueblo, destruyó una decena de casas, mató a varias personas y cortó la ruta durante años. Pero se reconstruyó, sin perder su magia, y es un imán de visitantes, que pasean en kayak o gabarras por el río.

6) Cobh, Irlanda

Cobh, Irlanda.
Cobh, Irlanda. Fuente: Lugares

El 11 de abril de 1912 el Titanic hizo su última escala en este pueblo pesquero del condado de Cork para recoger a 113 pasajeros de tercera clase, siete de segunda clase y tres de primera. Cuatro días después, tuvo su fatídico final. La localidad todavía guarda el aspecto de esa época, edificios de estilo victoriano y su «baraja de cartas», una serie de 23 casas multicolores que se suceden, cual maqueta, sobre una calle empinada del centro histórico. Se conserva el muelle de madera original usado por el Titanic y hay un museo dedicado a reconstruir la historia del legendario barco.

7) Cefalù, Italia

Cefalù, Italia.
Cefalù, Italia. Fuente: Lugares – Crédito: Mariana Eliano

Destino siciliano demandado en verano, el Tirreno garantiza aguas apacibles y extensas playas de arena fina. Cefalù es una roca tremenda sobre la que se apoyan los restos de un castillo, de una fortificación bizantina y de un templo de Diana. A sus pies se sigue definiendo la vida de sus habitantes según pasan las épocas y sus principios. Están las fortificaciones megalíticas y las antiguas murallas del período helenístico-romano, con sus puertas junto al mar; el lavadero medieval, un puñado de iglesias y la catedral, de principios del siglo XII. Todo esto y algo más, contenido en el entramado de callecitas empedradas del casco viejo que se vinculan en un sube y baja irregular, demasiado invadido por las motos y los autos.

8) Urdazubi/Urdax, España

Urdazubi, España.
Urdazubi, España. Fuente: Lugares – Crédito: Mariana Eliano

También llamada Urdax, esta villa tiene menos de 400 habitantes y está enclavada al norte de Navarra, cerca de la frontera con Francia. Combina a la perfección verdes prados y serranías con majestuosas casas blasonadas y varios puentes medievales de piedra que atraviesan el río Ugarana. En sus calles se destacan el antiguo monasterio de San Salvador y un antiguo molino del siglo XVIII.

9) Rovinj, Croacia

Rovinj, Croacia.
Rovinj, Croacia. Fuente: Lugares – Crédito: Federico Quintana

Es el puerto más pintoresco de Istria, una península del norte croata a orillas del Adriático. Le dicen también Rovigno, y no se acompleja con la Venecia que tiene en frente y que la dominó tiempo atrás. Se entra al casco viejo de casas polícromas y calles empedradas por un arco barroco que exhibe un relieve del león de San Marco. Sus habitantes hablan italiano con fluidez, cuelgan ropa de los balcones y la catedral Santa Eufemia tiene un campanario clonado del campanile veneciano.

10) Henningsvær, Noruega

Henningsvær, Noruega.
Henningsvær, Noruega. Fuente: Lugares – Crédito: Mariana Eliano

Se reparte en varios islotes rocosos separados por canales, en el archipiélago de Lofoten. Tiene alrededor de 500 habitantes y una superficie de 0,3 kilómetros cuadrados. En esta zona se pesca el skrei, considerado el mejor bacalao del mundo, de textura fina y gran sabor. Su calle principal es el puerto. Tiene una colorida combinación de casas sobre pilotes, tiendas, cafeterías, secadores de bacalao, hotel, escuela y una insospechada cancha de fútbol verde, rodeada de un fascinante paisaje ártico de mar y fiordos.

Fuente: La Nación