Ron Carter y Kenny Barron se presentan en Buenos Aires

Entre ambos, Ron Carter (1937) y Kenny Barron (1943) constituyen algo así como la historia viva del jazz de los últimos sesenta años. Héroes de mil batallas, se presentarán con sus respectivos grupos el próximo 17 de mayo en el teatro Coliseo de Buenos Aires en un show que promete ser uno de los más atractivos del año para los aficionados al género.

Con 2.221 grabaciones –que abarcan todos los géneros y artistas que uno pueda imaginarse–, Carter, nacido en Ferndale, Michigan, a los 10 años, empezó a estudiar cello pero, como en el caso de Charles Mingus o Nina Simone –también frustrados concertistas–, le tocó sufrir los estereotipos racistas de la época y tuvo que cambiar al contrabajo, abandonando la música clásica de la Eastman School’s Philharmonic Orchestra para dedicarse al jazz.

En Nueva York, tocó en los grupos del pianista Jaki Byard y del baterista Chico Hamilton, y en la orquesta del trompetista Don Ellis. Asimismo, tocó con los pianistas Thelonious Monk, Randy Weston y Bobby Timmons, con el saxofonista Cannonball Adderley, con el trompetista Art Farmer y con las orquestas de Tadd Dameron y Gil Evans. Algo después, asociado con el multistrumentista Eric Dolphy grabó sus primeros discos a su nombre. Pero su reputación creció cuando, entre 1963 y 1968, integró algunas de las formaciones más icónicas del trompetista Miles Davis, entre las cuales corresponde mencionar el segundo gran quinteto con Wayne Shorter, Herbie Hancock y Tony Williams.

 

En paralelo, en esos mismos años, estuvo en muchos de los principales discos de sus compañeros de grupo y también en no pocos discos para el sello Blue Note –donde grabó intermitentemente entre 1962 y 2008– de, por ejemplo, los pianistas Duke Pearson, McCoy Tyner, Andrew Hill y Horace Silver, el saxofonista Sam Rivers y los trompetistas Lee Morgan, Freddie Hubbard y Donald Byrd, hoy, todos héroes míticos de la historia del jazz.

Posteriormente, trabajó como sesionista para el sello CTI, del productor Creed Taylor, con artistas como los saxofonistas Joe Henderson, Grover Washington Jr., Eddie Harris, Paul Desmond, Stanley Turrentine y Hank Crawford, los flautistas Herbie Mann y Hubert Laws, los pianistas Antonio Carlos Jobim, Bob James, Houston Person y Cedar Walton, los guitarristas West Montgomery, Gabor Szabo y George Benson, etc. Y ya en otros sellos, integró las formaciones de Bill Evans, Kenny Burrell, Chet Baker, Leandro «Gato» Barbieri, Jesse Davis, Geri Allen y Mikio Masuda.

Pero mientras todo esto sucedía tuvo también tiempo para grabar con Roberta Flack, Tim Hardin, Milton Nascimento, John Lee Hooker, Kronos Quartet, Bootsy Collins, Gal Costa, Luis Miguel y una lista enorme de músicos ajenos al universo del jazz. Todos los nombres mencionados bastarían para volverlo insoslayable, pero, independientemente de los músicos cuyos grupos integró, su carrera como líder y co-líder también es deslumbrante. Incluye unos 53 discos, entre los que se cuentan Where? (1961), Uptown Conversation (1970), Blues Farm (1973), Yellow and Green (1976), Piccolo (1977), Peg Leg (1978), Etudes (1983) y So What (1998), para mencionar apenas algunos de los más conocidos. Preciso como pocos y absolutamente elegante, Carter es uno de los más importantes contrabajistas de la historia del jazz.

Kenny Barron, con más de 40 álbumes bajo su nombre, y su presencia en literalmente cientos de grabaciones de otros músicos, es otra institución igualmente importante. Nacido en Pennsylvania en 1943, comenzó con el piano de chico y, todavía sin haber terminado la secundaria, empezó a trabajar con el baterista Philly Joe Jones. A los 19 años, ya en Nueva York, formó parte de las bandas del baterista Roy Haynes, el trompetista Lee Morgan y el saxofonista y flautista James Moody, quien, en 1962 lo recomendó a Dizzy Gillespie, con quien permaneció cinco años. De ese entonces data su relación con la música latina en general y con la brasileña en particular.

«Dizzy –dijo el pianista– se sentaba al piano y empezaba a tocar un ritmo determinado, explicándome su procedencia y características–, lo que constituyó un gran aprendizaje.» Luego, tocó con Freddie Hubbard, Stanley Turrentine, el vibrafonista Milt Jackson y el baterista Buddy Rich. Después de un tiempo con el multistrumentista Yusef Lateef, comenzó a ser profesor de la Universidad de Rutgers –cuyo cuerpo docente integró hasta 2000– y, en 1974, grabó su primer disco solista. A finales de la década del setenta se unió al grupo de Ron Carter, con quien grabó varios discos, al tiempo que también grababa con Eddie Lockjaw Davis, Eddie Harris, Sonny Stitt, Harry «Sweets» Edison, Red Mitchell, Charlie Haden y Regina Carter, entre muchísimos otros.

 

Los años ochenta lo encuentran a la par de Stan Getz, cuyo grupo integró hasta la muerte del saxofonista. Después vino el grupo Sphere (con Buster Williams, Ben Riley y Charlie Rouse), dedicado a reinterpretar la música de Thelonious Monk, cumpliendo, con ese marco, la difícil tarea de ser «el» pianista. Para entonces Barron ya era una absoluta institución del piano, integrando la sofisticada familia de los pianistas líricos, con Tommy Flanagan –según Barron, quien lo ayudó a encontrar su verdadera voz–, Hank Jones, John Hicks y James Williams, entre otros.

Por lo enunciado hasta aquí, se comprenderá entonces la importancia de estos dos grandes músicos que, de manera extraordinaria, coinciden en una misma noche en el Teatro Coliseo con sus respectivos grupos. Ambos ya han tocado en diversas ocasiones en Buenos Aires. La última visita de Barron fue en 2001 con los músicos brasileños del Trio da Paz, hoy reemplazados por The Brazilian Connection (Teco Cardoso en saxo, nuevamente Nilson Matta en contrabajo y Rafael Barata en batería). La relación con Brasil, ya fue dicho, es larga. A la época de las enseñanzas de Dizzy Gillespie siguió el descubrimiento de Sergio Mendes, Jobim y, más adelante, Caetano Veloso. Los músicos del Trio da Paz llegaron un mediodía en un restaurante brasileño de Manhattan, donde solía haber números vivos.

Por su parte, la última visita de Ron Carter tuvo lugar en 2013, donde se presentó acompañado por los mismos músicos con que tocará en el Teatro Coliseo: Russell Malone en guitarra y Donald Vega en piano.

A propósito de esto mismo y considerando que suele tocar durante mucho tiempo con los mismos músicos, Infobae Cultura tuvo la oportunidad de hablar con Ron Carter y preguntarle cómo describiría su trabajo como líder de banda: «Trato de entender cuáles son sus necesidades, cómo se sienten e intento hacer que los músicos confíen en mi juicio. Esto no significa que no puedan disentir conmigo. De hecho, en más de una oportunidad, los aliento a que expresen sus disensos, si los hay, para ver cuál es el tipo de ajuste que tenemos que hacer entre todos».

«A veces un tema no está en la escala que le conviene o en el tempo adecuado, de modo que escuchar otras opiniones hace que la música sea mejor. Puede que no lleguemos a un acuerdo. Ahí es donde ellos tienen que entender que soy el líder», dijo.

Luego, interrogado sobre qué es lo que tiene que tener un tema para que él quiera tocarlo, responde: «Fundamentalmente, debe tener una melodía poderosa a la que uno pueda hincarle el diente». Es posible, entonces, que eso se encuentre el público de esa doble velada: melodías poderosas.

*Kenny Barron & The Brazilian Connection
Viernes 17 mayo – 20 horas
Ron Carter Trío
Viernes 17 mayo – 22 horas
Teatro Coliseo, Marcelo Torcuato de Alvear 1125, CABA
Entradas: de $ 850 a $ 1750

Fuente: Infobae