«Pasará, pasará»: Gieco, García, Vitale y una interpretación colectiva para el día del amigo en tiempos de pandemia

«Esta canción ayuda a conectar con lo emotivo». El tema es de Leo García, quien primero lo compartió con León Gieco en una versión solidaria para el Quilmes Rock virtual. Después decidieron redoblar la apuesta y grabar un montaje on line junto a doce músicos más, desde Benito Cerati hasta Miss Bolivia, bajo producción de Lito Vitale.

El resultado se conoció este lunes con motivo del día del amigo.

La canción es cálida. Armoniosa. Entradora. La letra pertenece al periodista Pablo Schanton. La música, a Leo García. Se llama “¨Pasará, pasará” y ambos la compusieron durante la primera semana de la cuarentena, cuando el mundo parecía venirse abajo arrumbado por el Covid 19. “Salió casi sin pensarla”, afirma García, el trovador pop. “Yo estaba por sacar un single antes de la cuarentena, y todo se frenó. Pero no me sentí derrotado. Con Pablo dijimos, ´hagamos una canción con lo que está pasando ahora´. Y entonces la compusimos, la grabé solo, luego se la mostré a León, y le encantó”. León es Gieco, obvio, y de inmediato puso manos a la obra, como con todo lo que hace. Primero entregaron una versión solidaria para el Quilmes Rock virtual. Después decidieron redoblar la apuesta y grabar un montaje on line junto a doce músicos más, bajo producción y sonido de Lito Vitale.

“León me dijo que hacía mucho tiempo que no escuchaba una canción tan buena, que funcionara como una luz de esperanza, y junto a Lito Vitale se le ocurrió juntar a varios artistas en un idea de grupo, tal como se hacía ´Argentina Canta´. Claro que, dadas las circunstancias que estamos atravesando, en vez de aquello terminó encajando en el día del amigo”. García es precisamente el que inaugura la secuencia de músicos y músicas que entregaron su voz a la pequeña gran causa. El improvisado grupo se llama “Leo García & Amigues”, y cada quien canta su frase, mientras las imágenes del video devienen en la pantalla, como diapositivas de esperanza y catarsis. Guitarra en mano y gorra al tono, García va con la primera: “Me acuerdo cuando mi mamá / decía pasará, pasará”. Le sigue Karina Vismara con el mismo contenido, pero reemplazando padre por madre. Al costado, en simultáneo a los artistas, aparecen escenas de personas caminando con barbijos, o andando en bicicleta con sus niños. Reflejan polaroids de locura ordinaria, entonados por un tendal de cantores y cantoras más: Manu Sija, Miranda Johansen, Julieta Rada, la hija de Rubén, que da con otro de los versos clave: “Quisiera salir un rato a caminar / sentirme libre aunque no sea verdad”.

Y tras ella siguen las firmas: Benito Cerati, Natalia Oreiro, Isabel de Sebastián, Julián Baglietto, Celsa Mel Gowland, María Michi, Juan Belvis, Lucy Patané, Miss Bolivia y entre ellos, cuando deviene el estribillo, León Gieco con guitarra al tono y remera del Che. “Pasará, pasará / de lo malo que ahora pasa / algo bueno quedará”, canta él, para dar paso nuevamente al resto. “La idea de que la mayoría de los partícipes sea gente joven, se le ocurrió a León. Y resultó muy bueno… al punto que quedó como una onda ‘We are the word’, por la épica que adquirió la canción cantada por todos”, comenta García sobre la pieza que ya tiene tres versiones: una suya solista, que está subida a Spotify; otra a dúo con Gieco, que fue parte del Quilmes Rock, y la tercera en cuestión. La vencida, según parece. “Me llamó Leo para compartir la canción conmigo, y después la propuso para que la cantáramos en el Quilmes. Fue una buena, porque tuvo una repercusión muy grande”, refrenda Gieco, ante Página12. “A todos y todas les pareció una maravilla. Todo el mundo hacía comentarios sobre lo raro que les resultaba la conjunción de artistas, ¿no? pero no es así para mí, claro, porque hace como seis siete meses que estoy en relación musical con Leo… él me confió que me está descubriendo”, dice el rosquinense, acerca de la sinergia que dio origen a la propuesta.

La primera vez que hicieron algo juntos Leo y León fue para la juntada por el emblemático “8 de octubre”, el año pasado en el Teatro Opera. “Recuerdo que Leo vino con la idea de cantar ´Dice el inmigrante´, una canción mía muy vieja, de mi cuarto disco, que además jamás había cantado en vivo. Cuando me lo propuso me pareció rarísimo. Es más ¡ni me acordaba los tonos!”, se ríe Gieco. Al final, ambos la tocaron con Los Tipitos como banda base, y el hecho se convirtió en el comienzo de un vínculo que prosiguió con una versión de “La cultura es la sonrisa”, otra de “Cola de amor”, y una tercera, electrónica, de “Todos los días un poco”. “Así que ya había un entrenamiento entre ambos, que se hizo más concreto a través de “Pasará, Pasará”. Leo me la mandó, yo la grabé en el celular (ver recuadro) y, como decía, la terminaron poniendo en el Quilmes Virtual. No sé, empecé a ver por televisión que todo el mundo decía `esto ya pasará, algún día vamos a poder abrazarnos otra vez`, bueno, todo el mundo decía esa palabra que tiene la canción y me puse a laburar con ella. La verdad es que es una letra actual, muy de ahora, porque dice las palabras que escuchás por todos lados”. En rigor, del doble rol de León –intérprete y productor– emergió la idea de “cantarla en comunión”. “También le propuse a Leo hacerla con gente conocida o amiga de él, de su edad o de su estilo musical… por eso el único jovato soy yo. Me volqué ahí, en medio de todo el pendejerío”, ríe el rey. “La decisión obviamente le dio una frescura total al tema, una nueva generación que te está diciendo que esto va a pasar”.

De todas maneras, Gieco no es el único de otra generación. También está Lito Vitale que, además de encargarse del sonido y la edición final, toca el piano. “No quise salir, porque ya lo hice en varios videos”, aclara el multiinstrumentista. “Nuestra idea sigue- es que la gente pueda llegar, a través de una canción, a paliar un poquitito la situación de encierro que está viviendo. Tenemos la esperanza de poder festejar la Navidad de una manera más normal, aunque lamentando la muerte de las personas en esta pandemia, claro, y también las de quienes han sufrido situaciones económicas extremas, que fueron difíciles de frenar. Entiendo que, más allá de que una canción no puede cambiar el rumbo de las cosas, sí puede ayudar a desconectar con el bajón, y conectar con lo emotivo. De hecho, esta es una versión muy conmovedora. Además, me pareció buena la idea de sumar más artistas, con un perfil distinto a los que habitualmente vemos en los videos multiartísticos y, sobre todo, hacerla circular el día del amigo”.

La canción tiene otra arista vinculada al incansable trabajo que realiza Juan Carr a través de la Red Solidaria. A ello se refiere también García: “Otra de las ideas de este proyecto fue homenajear a Juan y su red Solidaria, a toda esa gente que contribuye con los voluntarios… en fin, está dedicada a los amigos que hemos hecho, además de los que tenemos de toda la vida, porque son los que están ayudando para que la salud pública esté protegida. Toda gente que está poniendo su corazón de amistad”. Fue Gieco, en efecto, quien propuso la idea bajo el fin de homenajear a los voluntarios de la Red. “Hablé con Carr y le dije que se la íbamos a dedicar tanto a ellos como a los médicos, a los basureros, a las enfermeras, a todos los que arriesgan la vida en esta pandemia. Por eso decidimos largarla el día del amigo. Es un momento problemático y peligroso el que estamos viviendo, por eso nos parece central colaborar con la parte artística”, señala el capo folk santafesino y da paso nuevamente a su socio García. “Para mí es algo maravilloso saber que dentro de cuatro paredes, en un encierro, se puede hacer algo así, algo con un alcance tan sanador, porque la canción tiene algo mágico… es como que se soltó. Claro que no es un hit. No está pensada como eso. Es una canción solidaria y, pese a que la hicimos con Pablo, da la sensación que ya no nos pertenece. Pertenece a todos, porque su mensaje es el de tener fe, tener esperanza y saber que esto va a pasar”.

Una dinámica imparable

Lo primero que hizo León Gieco para atravesar la pandemia desde su casa fue comprarse un teléfono celular. Sí. No tenía. “Me tuve que comprar un celular… confieso que me bajé los lompas”, confiesa y ríe el hombre. “No usaba celular, porque nos alcanzaba con trabajar normalmente con la oficina de producción, hasta que en un momento, impulsado por esta cosa virtual que desató la pandemia, estallaron los celulares y tuve que comprarme uno para laburar… para filmarme yo, grabar yo, mandar yo. Es más, soy uno de los tipos que partí de no tener celular, a ser uno de los más activos exponentes de la canción, a nivel on line”, lanza. Lo asiste la razón, porque es mucho lo que el creador de “La colina de la vida” hizo desde que arrancó la cuarentena, la segunda quincena de marzo. No solo estrenó telefonito, sino que también se compró una consola de cuatro canales, un micrófono zoom para grabar en ella, y una cámara. “Me di cuenta de que empecé a comunicarme más rápido con la gente, y la verdad es que me gusta hacer de esta forma”, reconoce.

–Pudiste adaptarte rápidamente, al menos acompañando el vértigo que experimentó la transformación de hábitos y costumbres.

–Si. Y me encanta. Siento que la energía así es muy superior, porque cuando vos salís a la calle se pierde un montón de energía. No sé, te tomás un taxi y el taxista te hace un reportaje de media hora que no sale en ningún lado (risas). Ahora nadie te chupa energía. Es más, es mucha la que hay aquí, en mi casa, y hago todo on line.

Entre ese todo, Gieco grabó un video de “La Memoria” en homenaje a Ramona Medina, junto a la Sinfónica del Barrio 31, donde militaba la vocera de La Poderosa, antes de morir por el coronavirus. Tambien está preparando una versión de “Solo le pido a Dios”, para el Papa Francisco. “Se dio así por esta situación on line, porque se la mandé al cura Carlitos, que está en Uruguay, para que festejara su cumpleaños, y él se la reenvió al Papa, que ahora quiere tener una versión del autor… esto es algo que no pasaría nunca si no fuese en modo on line. Por el momento, es una excelente forma de trabajar para, como dije, llegar a muchos lugares. Es una de las cosas positivas de la cuarentena. La negativa, por supuesto, es la cantidad de muertes que este fuckin’ virus produjo en el mundo, y la desesperación de no saber qué es lo que va a pasar”.

Entre lo hecho en estos tiempos, Gieco cuenta con una visita audiovisual por “Cinco siglos igual”, acompañada por imágenes de la represión a los indios qom del Chaco. También con una versión de “La cigarra” hecha junto a Lito Vitale. Además fue el presentador de unos de los capítulos de Unísono, en Canal 7; participó en el video por el aniversario de Página12 que se emitió por Canal 9 y compartió una canción sobre la AMIA con Mateo Sujatovich, y su grupo Conociendo Rusia. “Hice muchas canciones para que la gente done a diferente comedores, a barrios carenciados, y se ha recaudado mucha plata. Me di cuenta de que está muy bueno hacerlo así. No sé… cada uno en su casa se mueve como puede, en este momento, y yo descubrí que hacer las cosas on line es mucho más rápido, porque llegás más lejos, antes, y no tenés esa cosa apesadumbrada que implica hacer las cosas en vivo”.

La pandemia, empero, le impidió a León cumplir con los compromisos que tenía previstos para 2020. El primero era el de tocar en el Cosquín Rock que se iba a hacer en Málaga. Otro, hacer un disco para chicos y un tercero –fundamental—grabar su nuevo disco con la banda histórica de James Taylor. “Ya tenía la fecha ubicada en Estados Unidos para que los tres músicos grabaran unas canciones muy lindas que tenemos con Luis Gurevich, pero no se pudo dar. Ahora estamos pensando con Guro qué mierda vamos a hacer. No sé, hay una posibilidad de hacer el disco on line, pero nunca va a ser igual. La pandemia me desfavoreció en ese sentido, porque tenía todo el año encaminado, hecho, y no pude hacer absolutamente nada. Es la primera vez que me pasa de tener que enfrentar algo así”.

–¿Respetás a rajatabla lo que piden las autoridades?

–Totalmente. De hecho, rechacé una invitación que me hicieron del Cosquín Rock para grabar en Vorterix, o en la Cúpula del Centro Cultural Kirchner. Les dije que no, que no iba a salir de mi casa para hacer eso. Me voy a quedar acá porque soy persona de riesgo… tengo casi 70 años y mi mujer 74. No voy a andar jodiendo por ahí.

Fuente: Página12.