Prohibidas o censuradas: 15 tapas polémicas de la historia del rock y el pop

De Los Beatles a Marilyn Manson, de The Rolling Stones a Nirvana, un repaso de las portadas que despertaron controversia, fueron censuradas o prohibidas.

Nirvana, The Beatles, Marilyn Manson, Black Crowes y The Rolling Stones, algunos de los artistas que despertaron polémicas con las tapas de algunos de sus discos.

Sin duda alguna, el consumo de la música, o más bien de la producción musical, a través de plataformas digitales, dejó bastante relegado el concepto de “arte de tapa”, que en algún momento y en ciertos casos adquiría casi la misma trascendencia que aquello que sonaba, como un componente más de una obra que era algo más que un conjunto de canciones.

Para nada esto quiere decir que la idea de que la música se complementa y juega con lo visual haya sido desterrada. Pero habrá que pensar que aquello que quedaba impreso primero en un sobre de cartón cuadrado de unos 30 centímetros por lado, más tarde en unos mini “libritos” de apenas 10 x 6,5 y finalmente en otros un poco más grandes, como de 12 x 12, hoy se multiplica en formatos virtuales que contrastan sus potencialidades con su intangibilidad.

Sin embargo, el paso del tiempo -y de los formatos- no logró jamás quitarle relevancia a la presentación de un disco, o de un single; a tal punto que hasta los días que corren más de una vez siguen desatando polémicas, controversias y reacciones que en el peor de los casos terminan en la censura, o en la “sugerencia” de un apropiado cambio en su aspecto. Sin ir muy lejos, en agosto de 2018, Maluma fue el blanco de las críticas por la supuesta connotación machista que destilaba la ilustración del tema Mala mía, en la que aparecía en su cama rodeado de chicas.

Claro está, el caso del reguetonero colombiano es apenas uno de los más recientes de una larguísima historia que deja en evidencia que aunque los tiempos cambian, siempre hay lugar para el escándalo, sea la época que sea. De The Beatles y The Rolling Stones a Nirvana y The Strokes, un repaso de algunas de las tapas más controversiales de la historia del rock y el pop.

1) The Five Keys On Stage! (1957)

El quinteto, que había nacido cuarteto en Virginia en 1948, cultivaba el rhythm and blues, con un estilo que basaba su fortaleza en los arreglos vocales. Una referencia directa: Los Plateros. Por ahí iba la idea de los Five Keys, que para su álbum On Stage decidieron que no había mejor idea que ponerse en fila india, uno detrás de otro, con sus manos izquierdas extendidas hacia nosotros como quien ofrece lo mejor de sí. Sólo que al fotógrafo se le pasó de largo que allá, justo a la altura de la pelvis de Rudy, uno de los hermanos West, fundadores y líderes del grupo, sobresalía uno de los dedos de su mano derecha.

The Five Keys, pioneros en eso de tener que "retocar" la tapa de n disco.

The Five Keys, pioneros en eso de tener que «retocar» la tapa de n disco.

El resultado fue que apenas el disco salió a la calle, los seguidores del grupo prefirieron creer que más que el dedo, eso que se veía ahí era no otra cosa que el pene del bueno de Rudy, que vaya a saber uno por qué lo tendría fuera de su pantalón, y el escándalo estalló de inmediato. La corrección, con un retoque de ocasión, tuvo que esperar, en cambio, a la siguiente tanda de impresiones.

2) The Beatles Yesterday and Today (1966)

«La tapa del carnicero». Así la llamaron, a la del 9 disco que los fab four editaron en los Estados Unidos, que juntaba en un solo álbum material de RevolverHelp! y algunos otros discos del cuarteto. Cuenta la historia que en marzo de 1966, el fotógrafo Robert Whitaker tenía a John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr a disposición para darle forma a una obra conceptual titulada A Somnambulant Adventure (Una aventura sonámbula). Las fotos pretendían emitir un “mensaje” y mostraban a los cuatro Beatles unidos a una mujer por una ristra de salchichas que representaban un cordón umbilical.

Ni tan malos, ni tan buenos. The Beatles posaron contentos, pero a la compañía no le gustó el resultado.

Ni tan malos, ni tan buenos. The Beatles posaron contentos, pero a la compañía no le gustó el resultado.

Pero la cosa cambió de color cuando Whitaker le sumó a la escena que tenía a los músicos vestidos con batas de carnicero y cubiertos con trozos de carne sanguinolenta, las cabezas y otras partes de unas muñecas de plástico. Los muchachos aceptaron la ocurrencia de inmediato, y la pasaron bárbaro durante la sesión, y hasta el publicista de la banda, Tony Barrow, se enganchó con la propuesta.

Sólo que a los disqueros de la época no los entusiasmó demasiado la idea de exhibir semejante tapa en sus vidrieras, y a Capitol no le hizo gracia que el disco no se vendiera. Así que los ejecutivos de la compañía decidieron tomar el toro por las astas, y volvieron al plan original que retrata a Paul metido dentro de un baúl (abierto), y a sus tres compañeros de ruta parados a su alrededor. Y sí, la otra era más original…

3) The Rolling Stones Beggar’s Banquet (1968)

La idea de un inodoro como el lugar en el que alguien podría encontrar un manjar suena, de por sí, bastante asquerosa. Y provocativa, si se supone a ser parte de un “banquete de pordioseros”, como la banda tituló su séptimo álbum, que marcaba un regreso a las fuentes del blues y el rock más directo, luego de la excursión psicodélica que significaron Between the Buttons Their Satanic Majesties Request.

"Beggar's Banquet", de The Rolling Stones, en sus dos presentaciones.

«Beggar’s Banquet», de The Rolling Stones, en sus dos presentaciones.

Según los datos oficiales, el grupo le debe el título el disco al publicista Christopher Gibbs, y las imágenes del sobre interno que fueron tomadas en el Sarum Chase, una mansión ubicada en Hampstead, al fotógrafo Michael Joseph. La de la portada, en cambio, había sido pensada por el diseñador Michael Vosse, y mostraba graffitis en la pared de un baño que seguramente además de verse apestoso, debía oler como tal. Allí, en esas paredes, Mick Jagger y Keith Richards garabatearon los créditos del álbum y líneas como «¡Wot no paper!» (Sin papel). Pues bien, a la compañía no le gustó ni un poco que un disco de los suyos tuviera semejante tarjeta de presentación, y rechazaron de plano salir a la calle con esa tapa.

“Dos personas de la compañía nos dijeron que era terriblemente ofensiva”, contó Jagger en aquel momento, y juraba que lo vendería por su cuenta. Lo cierto es que el lanzamiento se pospuso de julio a diciembre de 1969, que los señores de escritorio decidieron reemplazar la imagen del baño por una suerte de invitación formal a un banquete, de pésimo gusto y creatividad ninguna, y que hubo que esperar a las reediciones de los ’80 para acceder a la idea inicial. Tanto tiempo perdido, tirado al inodoro.

4) Jimi Hendrix Electric Ladyland (1968)

Mientras los hombres de Decca ideaban la horrible tapa de “urgencia” para Beggars Banquet, en la vecina Track Records supusieron que si llenaban de chicas desnudas su tapa, el excelente Electric Ladyland de Jimi Hendrix se iba a vender más. O algo así. O será que cuando leyeron que el primer tema hablaba de «Dioses que hicieron el amor» creyeron que necesitaban reforzar la idea. O simplemente en el medio de un viaje creyeron que eso era lo que exigía “la hora”.

"Electric Ladyland", en la edición británica y la estadounidense. Ninguna de las dos convención al artista.

«Electric Ladyland», en la edición británica y la estadounidense. Ninguna de las dos convención al artista.

El asunto es que la brillante idea craneada por el jefe del sello, Chris Stamp, de reunir a 19 chicas a 5 libras el topless y a 10 el desnudo total, para la sesión de fotos, según cuenta John Perry en su libro Electrict Ladyland, no obtuvo el resultado deseado. De hecho, una de las modelos que posaron allí, Reine Sutcliffe admitió a la revista Melody Maker que habían intentando mostrarse sexies, “pero no resultó”.

A tal punto fue así, que el propio Hendrix despreció el trabajo. Bah, el trabajo y la idea también. “La gente, en Londres, está protestando contra la tapa. No los culpo. Yo no hubiera puesto esa foto en la tapa de un disco mío, pero no era mi decisión. Es más que nada una mierda”, dijo el músico, que para la edición estadounidense presentó un boceto que con lujo de detalle explicaba cuál era su deseo. Por supuesto, tampoco lo tuvieron en cuenta, y en su lugar los directivos imprimieron la clásica foto de su rostro monopolizando toda la superficie. Es lo que hay.

5) John Lennon y Yoko Ono Two Virgins (1968)

El viaje de The Beatles ya casi había terminado, aunque los cuatro muchachos de Liverpool todavía tenían un par de muy buenas noticias para dar. Pero Lennon no andaba en buenas relaciones con la industria de la música. Y tampoco estaba manteniendo buenas migas con la prensa, que encontró en su Yoko un buen motivo para cargar sobre sus espaldas la responsabilidad de que el sueño se estuviera terminando.

"Two Virgins", el álbum de John Lennon y Yoko Ono que fue centro de las críticas.

«Two Virgins», el álbum de John Lennon y Yoko Ono que fue centro de las críticas.

En ese contexto, y sin necesidad de facturar con urgencia para pagar las expensas, la luz y el gas, John se lanzó a hacer un álbum absolutamente experimental. A la distancia, vale decir que escuchar Two Virgins de punta a punta no es algo que se le pueda desear al mejor amigo de uno. Bah, lo de “de punta a punta” sobra. Escucharlo es más que una experiencia, un ejercicio de paciencia y poco más.

Pero como si eso fuera poco, al bueno de John y a Yoko no se les ocurrió mejor idea que desnudarse, plantar una cámara con delay delante, y retratarse de frente y de espalda, con sus genitales y sus colas al aire. Por supuesto, la reacción de los vendedores de discos fue cubrir la tapa con un papel marrón que se pegó lo suficiente a la foto como para que Spotify también lo presente así. tampoco es que hayan gastado demasiado papel madera; en el Reino Unido sólo se imprimieron 5 mil copias, y John se enojó aún más con todos.

6) Mom’s Apple Pie Mom’s Apple Pie (1971)

Posiblemente nombres como los de Tony Gigliotti, Bob Fiorino, Fred Marzuola o Joe Ahladis no le suenen familiares a nadie que lea esta nota. A lo sumo Gigliotti, pero más por los goles que hizo y un penal maldito que no, que por algo que tenga que ver con la música. Sin embargo, el cuarteto, más otros seis integrantes, eran la formación de Mom’s Apple Pie, una banda de Ohio que tuvo su cuarto de hora apenas comenzados los ’70.

Mom's Apple Pie, en sus dos tapas editadas.

Mom’s Apple Pie, en sus dos tapas editadas.

Los muchachos llegaron a tocar en el Madison Square Garden, lograron grabar tres álbumes, compartieron escenario con los Doobie Brothers y con David Bowie, y en 1974 se llamaron a retiro. Algo de funk, algo de psicodelia, algo de rock hecho y directo, muchos arreglos de caños y una tapa que los lanzó a la fama, finalmente reemplazada por una casi idéntica aunque con una modificación sustancial.

La cuestión es que la ilustración de la tapa presentaba en primer plano, en un ambiente que combinaba un hogar clásico con unos baffles de alta potencia, a una camarera que con su lengua acariciando su labio superior y llevando una bandeja con una torta, que allí donde le faltaba una porción se abría en un ángulo que justo en el centro del pastel emulaba una vagina lubricada y goteando. Suficiente para que poco después allí donde había habido una vulva apareciera una especie de escalerilla a ningún lado.

7) The Rolling Stones Sticky Fingers (1971)

El año 1971 bien podría ser definido como el de la genitalidad al palo. Aunque no fue el único ni por lejos. Pero posiblemente el caso de Sticky Fingers sea uno de los que involucraron a los nombres más famosos que hayan pasado por este tipo de situación. La secuencia habla de Mick Jagger proponiéndole a Andy Warhol que se hiciera cargo del diseño del álbum por la módica suma de ¡19 mil dólares!, y de Andy aceptando la propuesta.

Sticky Fingers, en su edición oficial y en su deformación española.

Sticky Fingers, en su edición oficial y en su deformación española.

El artista, que mucho tuvo que ver con la identidad de los Velvet Underground, puso manos a la obra, y gatillo su cámara sobre varios hombres, en la zona que más le interesaba de ellos: de la cintura para abajo. La idea era que la tapa del disco llevara un cierre ahí donde lo lleva el pantalón, y que su dueño pudiera abrirlo y ver qué ropa interior llevaba el modelo.

Finalmente, el disco salió tal cual había sido planeado, después de que Warhol eligiera una generosa pelvis que, por lo visto, no fue del agrado del dictador español Francisco Franco, que obligó a que la tapa fuera reemplazada por unos dedos emergiendo de una lata. En la otra punta de Europa, en una Rusia con fuertes resabios del sangriento régimen soviético, también decidieron que mostrar una entrepierna portentosa no estaba bueno, y optaron por cambiar de modelo, sin que quedara claro si lo hicieron por una mujer o por otro hombre de miembro más pequeño. De paso, le metieron un cinturón del ejercito soviético. No fuera cosa de que a alguien se le ocurriera ver qué había debajo.

8) David Bowie Diamond Dogs (1974)

Otra vez los genitales quedan en el centro de la controversia. La tapa del octavo álbum del artista británico lo muestra como una criatura medio hombre – medio perro, pintado por el artista belga Guy Peellaert, basado en fotografías de Bowie de Terry O’Neill. Hasta ahí, todo bien, y nadie habría dicho nada. Pero claro… alguien se dio cuenta de que los genitales del híbrido habían quedado a la vista, y no le pareció que estuviera bien dejar que quedara así.

David Bowie, una criatura inclasificable, como su arte.

David Bowie, una criatura inclasificable, como su arte.

Entonces, rápidos para los mandados, los genitales fueron borrados en la mayoría de los lanzamientos. Fueron muy pocas las copias de esta portada original que entraron en circulación en el momento del lanzamiento del álbum. La imagen había pretendido representar la visión personal que Bowie tenía del mundo post-apocalíptico orwelliano.

De algún modo, aún sin sus órganos en su lugar, la escena logra transmitir una sensación más que inquietante, y finalmente el tiempo, y la reedición de 1990 hecha por EMI/Rykodisc pusieron las cosas en su lugar.

9) Guns N’ Roses Appetite For Destruction (1987)

Una mujer aparentemente violada, con su vestimenta desgarrada y con su ropa interior a la altura de las pantorrillas está en el piso, casi inconsciente, mientras un robot la acecha y está a punto de matarla. Por encima de su cabeza, una bestia roja se acerca saltando una valla. El peligro estaba ahí, al acecho, en una calle que podía ser la de tu barrio. Dura, molesta, incómoda…

Guns N' Roses y un debut que no pasó para nada desapercibido

Guns N’ Roses y un debut que no pasó para nada desapercibido

La imagen, realizada por el artista estadounidense Robert Williams, a Axl Rose le cerró a la perfección para la idea que tenía para completar el poderosísimo material que estaban preparando para el primer disco del grupo. Sin embargo, desde Geffen, el sello del quinteto, advirtieron que la cosa se podía poner espesa, y no se equivocaron. El álbum salió a la calle así como había sido concebido, pero enseguida volvió a boxeo para un cambio de fachada.

No sólo habían sido las cadenas de disquerías las que se habían negado a venderlo; hasta la MTV le puso palos en la rueda a la difusión del material. Demasiado, para no pensar en buscar un plan B. El impacto, no obstante, ya lo habían provocado. Sólo que el plan B tampoco resultó; la idea de Axl de reemplazar la postal original por la imagen del transbordador Challenger en pleno estallido no cayó muy simpática en las oficinas de la compañía, y finalmente se terminaron imponiendo las calaveras dibujadas por Billy White Jr.

10 ) Jane’s Addiction Ritual de lo habitual (1990)

Como The Rolling Stones, la banda de Perry Farrell hizo doblete, en esto de escandalizar y generar polémica con las tapas de sus discos. Primero lo hizo con Nothing’s Shocking, el primer álbum mainstream de Jane’s Addiction. Para eso, Farrell hizo una escultura de dos chicas desnudas, siamesas, en una mecedora y con sus cabezas en llamas. «Estaban estas dos mujeres balanceándose de un lado a otro. Se unieron en la cadera y el hombro, y su pelo estaba en llamas”. Así contó alguna vez Farrell el sueño que lo inspiró. la tapa, por supuesto, es muy original, pero no le fue demasiado bien en eso de exhibirla en las vidrieras, en la mayoría de las cuales esta cubierta con un papel.

Jane's Addiction, con Perry Farrell al frente y su vocación por la provocación.

Jane’s Addiction, con Perry Farrell al frente y su vocación por la provocación.

Pero si Nothing’s Shocking generó controversia lo de Ritual de lo habitual subió la apuesta en varios niveles. Tanto que la historia podría empezar siendo contada a través del arresto, el 21 de agosto de 1990, de Rick Berry, propietario de una disquería en Michigan, por exhibir un afiche del disco en su vidriera, tal como lo cuenta Fabrizio Pedrotti en su imperdible libro El Ritual de Jane’s Addiction. Enseguida, la noticia había corrido como reguero de pólvora, y el título del disco y el nombre de la banda se instalaron en la cotidianidad.

¿Cuál había sido el motivo? La tapa de Ritual de lo habitual contiene la ilustración de Perry junto a una amante suya que había muerto por sobredosis y su novia, Casey Piccoli; los tres, por supuesto, desnudos, rodeados de jeringas, elementos de la religión centroafricana yoruba y un análisis de HIV con resultado positivo, entre otras cosas. Así las cosas, Warner, que le había dado vía libre a Farrell con la tapa, le sugirió que diseñara una alternativa; y ahí fue, lisa, con el tío y el nombre de la banda y una enmienda de la constitución estadounidense. Impactante. Definitivo.

11) Nirvana Nevermind (1991)

Sin duda alguna, la tapa de Nevermind, el álbum que Nirvana publicó en 1991, debe ser una de las más conocidas en el mundo. Allí, aparece un bebé de cuatro meses, Spencer Elden, desnudo y con el pene a la vista, nadando tras un billete de un dólar. La imagen, en el momento del lanzamiento, provocó cierto impacto, que fue amplificado por algunas cadenas de supermercados.

La tapa de "Nevermind", una de las más famosas del rock y el pop.

La tapa de «Nevermind», una de las más famosas del rock y el pop.

En ese nivel, Wal-Mart y Kmart básicamente se negaron a exhibir Nevermind en sus góndolas. Aún así, el disco se convirtió en un enorme suceso de ventas, y la decisión ponía en aprietos tanto a una parte como a la otra. De modo que la banda y los súper llegaron a un acuerdo. La solución fue pegar sobre los genitales del niño una inscripción, que decía: «Si está ofendido por esto, usted debe ser un pedófilo de closet”.


El disco contenía temas llamados a ser clásicos, como Come as You AreLithium, e In Bloom. Mientras el trío liderado por Cobain se establecía como uno de los grande fenómenos del grunge y la música popular, su siguiente trabajo, In Utero, volvería a estar en el centro de la polémica.

12) Black Crowes Amorica (1994)

El 1 de noviembre de 1994, la banda estadounidense de los hermanos Robinson largaba a la calle -todavía no había “plataformas”- su tercer álbum. Uno más, en linea con su estilo de rock directo, fuerte y al centro, con temas como GoneA Conspirancy y She Gave Good SunflowerUn discazo digno de suceder al excelente The Southern Harmony and Musical Companion.

The Black Crowes, según su propio diseño, y según lo que impusieron los supermercados.

The Black Crowes, según su propio diseño, y según lo que impusieron los supermercados.

Pero claro, el disco tenía una tapa monopolizada por la entrepierna de una mujer con una tanga que no era otra cosa que la bandera de los Estados Unidos, con alguito de vello púbico sobresaliendo. La fuente de esa imagen no era otra cosa que la portada del número de julio de 1976 de la revista Hustler, manejada por Larry Flint.

¿Qué pasó? Las cadenas como Walmart y Kmart decidieron que semejante imagen no era apta para sus clientes, y prohibieron su venta. La respuesta de la compañía fue editar nuevamente el álbum, con un fondo negro sobre el que sólo queda a la vista la tanga. Sin piel la vista, ideal para la góndola de los supermercados.

13) Marilyn Manson Holy Wood (In the Shadow of the Valley of Death) (2000)

Marilyn Manson grabó este disco a raíz de la acusación que le hicieron por el caso Columbine, la matanza en el instituto del mismo nombre, que terminó con 11 víctimas fatales, ubicada en el Condado de Jefferson, Colorado, en el año 1999. «La masacre de Columbine destruyó toda mi carrera en un momento”, dijo alguna vez Manson, a quien acusaban de practicar el bestialismo en sus shows, en los que además decían que había “altares satánicos, donde se realizaban violaciones rituales y se daba droga gratis”.

Marilyn Manson, un Cristo muy particular y con bastantes detractores.

Marilyn Manson, un Cristo muy particular y con bastantes detractores.

La tapa muestra a Manson como un Cristo crucificado con la mandíbula arrancada, que representa una declaración sobre la censura y la obsesión de Estados Unidos con los mártires. El chiste no fue gratis. El álbum estuvo fuera de la venta durante un tiempo, hasta que la tapa fue cubierta con una funda de cartón y eso habilitó su presencia en algunas cadenas. No así en, una vez más, Walmart y Kmart.

Dicen por ahí que un pastor en Memphis, Tennessee, también amenazó con hacer una huelga de hambre a menos que el álbum fuera sacado de los estantes. Nadie volvió a escribir sobre él.

14) The Strokes Is This It (2001)

El lanzamiento del álbum debut de The Strokes se atrasó un poco, debido al ataque contra las Torres Gemelas. originalmente planeado para el 25 de septiembre, el estreno fue, finalmente, el 9 de octubre de ese año. Y en el fondo, eso es lo que importa: el año. Y que a esa altura de la “civilización”, la imagen de una mano enfundada en cuero apoyada sobre una nalga debiera ser reemplazada por otra que muestra, según dicen algunos, una partícula subatómica.

The Strokes, entre la piel y la ciencia.

The Strokes, entre la piel y la ciencia.

Según dicen los que saben, en el caso de la edición internacional, la imagen corresponde a una sesión del fotógrafo Colin Lane, quien fotografió a su pareja de ese entonces luego de salir de la ducha. B no habría por qué dudar. En el de la estadounidense, en cambio, fue tomada en la Big European Hubble Chamber, un detector de gran tamaño utilizado anteriormente para estudiar la física de partículas en la Organización Europea para la Investigación Nuclear.

Pero para los debutantes Strokes la cosa no acabaría en una cuestión de imagen. El ataque contra las torres había puesto al país en carne viva, y eso que decía el estribillo de la canción New York City Cops acerca de que los policías “no son muy inteligentes” no iba con la necesidad del momento, ni con la percepción que la banda parece haber tenido del accionar policial durante el desastre. Así que la cambiaron por When It Started, y ya.

15) James Hey Ma (2008)

Seis años después de su separación debido a algunos problemas de su líder, Tim Booth, con algunas sustancias prohibidas y también con sus compañeros de ruta, en septiembre de 2007 James volvió a la escena. La banda británica, formada en Manchester en 1982 y emblema del indie, se instaló en Château de Warsy, en Francia, y se puso a trabajar en unos 120 temas.

La inocencia de n bebé y la amenaza del arma ahí nomás, en la tapa de "Hey Ma", el disco publicado por James en 2008.

La inocencia de n bebé y la amenaza del arma ahí nomás, en la tapa de «Hey Ma», el disco publicado por James en 2008.

Para fin de año un nuevo álbum terminaba de tomar forma, pero su arte de tapa no despertó las mejores reacciones. Un bebé frente a varios dados de letras de juguete, y apenas a unos centímetros un revolver, conformaban un cuadro bastante escalofriante. Si esa era la intención, quien sea que haya tenido la idea lo había logrado. Pero también había provocado que el dueño de la agencia publicitaria se negara a promocionar el álbum con afiches que contuvieran la imagen de la tapa, e incluso la tapa misma fue momentáneamente prohibida.

Hoy, a 12 años de aquellos días, parece que la escena ya no conmueve como entonces, y el arma continúa allí, mientras el bebé la sigue mirando con cierto interés, aunque no se movió ni un centímetro de su lugar.

Fuente: Clarín