Salma Hayek, sin filtro: “No tenía necesidad de estar linda”

La actriz contó que en su paso por Roma para una película se dedicó a engordar, como si tuviera la obligación de estar flaca.

Solo el verborrágico Quentin Tarantino, de visita por los canales promocionando su libro Érase una vez en Hollywood, pudo robarle un poco de protagonismo. En junio Salma Hayek se ganó el premio a la mejor invitada en TV. Fresca, espontánea, los conductores saben que la actriz le pone el cuerpo (y la cabeza) a lo que le pidan. A pesar de la distancia que propone el Zoom. La mexicana es una buena deportista en esto de remar entrevistas.

Salma Hayek tiene la habilidad de hacer parecer normal tener una lechuza de mascota y meditar con ella en una sala especial de su mansión de Londres, como le contó a Ellen Degeneres. Después de haberse contagiado de Covid el año pasado, cuando llegó a la gravedad de necesitar oxígeno, y de una estricta cuarentena, este año la encuentra estrenando tres películas. Compartiendo cartel con personajes como Samuel L. Jackson, Angelina Jolie y Lady Gaga.

Se asombra de que le aparezcan propuestas interesantes a esta edad. “Soy mujer, latina, tengo 54 años y me piden que sea una inmortal en la saga de Marvel. Pellízquenme”, le pidió a Jimmy Fallon. Eternals, donde comparte protagonismo con Angelina Jolie, como parte de una casta de alienígenas que se esconden en la tierra mientras no se los necesite estrenará en noviembre, igual que House of Gucci, la esperada película sobre la viuda negra que mandó a matar a su ex esposo, el heredero de los Gucci, en 1995, interpretada por Lady Gaga.

Salma Hayek, de cuerpo entero. Se casó con el dueño de Gucci, Balenciaga e Ives St. Laurent, pero dice no ser "fashionista".

Salma Hayek, de cuerpo entero. Se casó con el dueño de Gucci, Balenciaga e Ives St. Laurent, pero dice no ser «fashionista».

Una clarividente

Salma Hayek hace de su amiga clarividente, aparentemente la que mandó a contratar al sicario. No es mucho lo que aparece en la pantalla, pero su paso por Roma parece haber estado íntimamente asociado a las pastas que pudo disfrutar, ya que su personaje, Pina Auriemma es más robusta que ella.

“Pude comerme todo porque esta vez no tenía necesidad de estar linda, tenía unos kilos de más”, le dijo sin anestesia a una afortunadamente superada Kelly Clarkson, que asume sus kilos de más post divorcio y sólo atinó a largarse a reír a carcajadas.

La experiencia de poder comer sin límites “fue como Nirvana” explica. Ridley Scott dirige esta historia de crimen , ambición y glamour filmada enteramente en Italia. Casualmente, su amiga Giannina Facio, de Costa Rica, actual esposa de Scott y productora de la película venia hablándole de hacerla desde hace 20 años. Mucho antes de que Salma conociera y se casara con el dueño de Gucci, el multimillonario magnate de la moda Francois-Henri Pinault.

Un amor multimillonario

Salma Hayek, al natural. Dice que en Roma filmó poco y se dedicó a comer pastas.

Salma Hayek, al natural. Dice que en Roma filmó poco y se dedicó a comer pastas.

Salma y Froncois-Henri se conocieron en 2006 en una gala en un palacio en Venecia, se casaron el día de San Valentin y tuvieron una hija a la que llamaron Valentina, hoy de 13, el mayor desafío de Hayek hasta la fecha.

La firma que su esposo preside también es dueña de otras marcas de lujo como Yves St Laurent y Balenciaga. Su amiga Tiffany Haddish, que estuvo de invitada en su casa de Londres dice que se hubiera quedado a dormir en el closet de Salma, lleno de Guccis.

Sin embargo Hayek reconoce que es todo lo contrario a una fashionista. Sus amigas le dicen que es injusto que sea ella la que se casó con el dueño de esas marcas. Puede importarle menos, asegura. “Por eso me casé con vos”, aparentemente le le habría contestado Henri cuando le comentó lo que le decían.

De filme en filme

Lo que la llevó de gira promocional fue el estreno de la secuela de Duro de acostar, que protagoniza junto a Samuel L. Jackson (su esposo sicario en la trama) y el guardaespaldas que los cuida, Ryan Reynolds.

Antonio Banderas, con quien protagonizó Desperado, también fue de la partida. En las pausas hablaban en español en el set, gesticulando mucho, tanto que la gente pensaba que se estaban peleando.

Cuando su hija la reta por decir malas palabras, Salma le echa la culpa a la explosiva Sonia, su personaje en la comedia. Jackson puede ser intimidante, y por eso tuvo que ensayar mucho frente al espejo como decirle una sarta de malas palabras como requería el guión. Es fácil imaginarla. “Parecía Robert de Niro en Taxi Driver”.

Fuente: Clarín