Sebastián Wainraich: quería ser político y ahora llega a 190 países

Hoy se estrenó por Netflix “Casi feliz”, la serie que escribió y protagoniza. Cuenta cómo es el personaje que pensó para él y que se le parece bastante, y confiesa que de chico quería ser político o futbolista.

Fanático de Atlanta, Sebastián Wainraich siempre jugó en Primera (radio, teatro, cine, TV). Y en estos días previos a su desembarco en Netflix, con serie propia, siente que llega “a la Champions League”. Con 19 años de oficios repartidos entre la conducción, el periodismo, la literatura y la actuación, este viernes 1° de mayo debutará como punta de lanza de Casi feliz, ficción de diez episodios que escribió y protagoniza. Y que estará disponible en 190 países.

¿Qué piensa el chico que a mediados de los ‘80 soñaba con ser futbolista? Eso, piensa en algo semejante a liga europea de campeones. Y, como yapa, y como viejo navegante de las aguas alternativas, entiende que “la garra es la misma de siempre, la pasión es la misma, pero curiosamente entiendo que uno es más independiente en los medios grandes que en los chicos”.

-Pero hay más exigencias.

-Depende de cada caso. Acá, en un sentido, hicimos lo que quisimos, no estábamos pendientes de muchas limitaciones que a veces tienen ciertos proyectos que deben pelear varias batallas. No tengo vergüenza en decirte esto: ojalá vea la serie la mayor cantidad de gente posible, dada la llegada de Netflix, pero si hubiera tenido que hacer alguna concesión no lo habría hecho. No pagaría un costo a favor de la masividad.

Sebastián Wainraich hará de Sebastián. ¿Cuánto habrá de autobiográfico en este personaje que tiene... un programa de radio?

Sebastián Wainraich hará de Sebastián. ¿Cuánto habrá de autobiográfico en este personaje que tiene… un programa de radio?

-Siguiendo la analogía del principio, ahora deberías estar en el vestuario, mientras llega de lejos el aliento del estadio. ¿Y vos estarías como…?

-Como en una montaña rusa. Y quiero que ya sea viernes. Ya la vi, pero no terminada. Por eso necesito verla ya. ¿Se entiende mi estado? Y encima me va a faltar verla con más gente cerca.

-De no existir la cuarentena, ¿con quién más, aparte de tu mujer (la comediante Dalia Gutmann) y tus hijos, la verías?

-Bueno, la verdad es que no lo pensé. Me quise hacer el canchero con la respuesta. Y acá aparece mi neurosis, porque, te soy sincero, no sé si querría verla con más gente. Dejame pensar… Creo que con mi viejo, con mi hermano. Igual, te confieso, está bien así, porque tal vez me daría vergüenza.

-¿Sos de los que se bancan la devolución que sea, aunque el mensaje no fuera muy elogioso?

-No como primer mensaje. Dejame procesar, dejá que pase un tiempo y después sí criticame lo que quieras.

-Te imaginaba menos pendiente de la mirada del otro.

-Yo termino el programa (Metro y medio, de lunes a viernes a las 17, por la 95.1) y pienso qué hice bien y qué hice mal. No falla. Siempre me queda una duda, como una inseguridad dando vuelta. Tengo autocrítica y, si me la sabés dar, me hace bien la crítica ajena. La que no me banco es la agresión, ésa no te la respeto.

Wainracih lleva casi 20 años de oficio. De oficios, sumados todos sus frentes artísticos.

Wainracih lleva casi 20 años de oficio. De oficios, sumados todos sus frentes artísticos.

En una charla telefónica que -gracias a su ingenio- uno puede imaginarla presencial, porque sabe describir, sabe acortar la distancia y no en vano es uno de los referentes de la FM, Wainraich genera un cálido clima de cercanía. Y, sin pantalla mediante, se hace ver. Y regala una perla sobre la mirada propia: “A Una noche de amor -la película que escribió y protagonizó junto a Carla Peterson– le cambiaría cosas, sin dudas. Por ahora con la serie estoy re contento. No sé si va a haber segunda temporada. Yo tengo mucho escrito, pero es imposible imaginarse un rodaje en este mundo. En algún momento esto va a pasar, en un año, quién sabe”, ensaya Wainraich, que comparte una gema de backstage.

“Hoy, teóricamente, íbamos a hacer la presentación de Casi feliz, en un teatro para mil personas. Y a fines de febrero o principios de marzo, alguien del equipo dijo ‘Ojo, que capaz no podamos hacerlo por lo del coronavirus’. Y me acuerdo que pensé: ‘Este pibe es un paranoico, está re loco, mirá si no vamos a poder tener nuestra fiesta de lanzamiento’. Y acá estamos, hablando por teléfono”, grafica, con más aceptación que resignación. Sabe dónde está parado.

Natalie Párez será la ex mujer de Wainraich, en la comedia escrita por él y dirigida por Hernán Guerschuny.

Natalie Párez será la ex mujer de Wainraich, en la comedia escrita por él y dirigida por Hernán Guerschuny.

-¿Dónde ubicamos la semilla de este proyecto?

-Hace tres años, me acuerdo perfectamente. Un día, (el productor) Alejandro de Grazia nos citó a Hernán Gerschuny (el director de esta aventura) y a mí en un restaurante. Comimos sushi y nos propuso hacer una comedia. Nos enganchamos, nos dividimos las tareas, yo con la escritura y él con la dirección. Más allá de que nos hayamos hecho muy amigos, que nuestras mujeres sean amigas, que nuestros hijos sean amigos y que las dos familias nos hayamos ido juntas una semana de vacaciones, te digo que es un capo. Elige unas locaciones maravillosas, está en detalles inimaginables. Es un lindo obsesivo. Y genera muy buen clima en el rodaje (trabajaron juntos en la película de 2016, que además escribieron juntos).

-¿Y cómo salieron de aquella comida, con propuesta incluida?

-Enganchadísimos, con ganas de retratar este mundo de comedia, con el tono y la forma que le encontramos. Hernán hace su magia, sabe contextualizar. Y juntos pensamos en Natalie (Pérez) para contar este cuento. Son diez capítulos cortos, con una historia latente y situaciones puntuales en cada capítulo.

Durante esta cuarentena, conduce su programa de radio vía Zoom.

Durante esta cuarentena, conduce su programa de radio vía Zoom.

-¿Cuándo supieron que se vería por Netflix?

-En medio de la pre producción, un día vino Alejandro y nos tiró ésa y no dábamos más de alegría. Nosotros la íbamos a hacer de cualquier manera, porque de eso se trata un poco toda esta locura. De animarse, de ver si se puede hacer y, si se puede, mandarse. Obvio que con Netflix como plataforma todo es mucho más fácil. Y, mirá vos, el rodaje terminó el 30 de abril del año pasado, y un año y un día después estamos al aire.

Anticipa que “más allá del gusto, se nota que hay un gran salto de calidad con respecto a otras ficciones argentinas. Se ve hermoso todo y no tengo problema en admitirlo, porque yo no participo en la dirección».

-Y como actor ¿cómo te ves?

-Qué sé yo… Me sentí bien haciendo de Sebastián -un conductor de radio, con una vida atravesada por un mundo de sensaciones-, cómodo. Al principio lo imaginamos medio Woody Allen, neurótico, pero luego nos fuimos para otro lado. Es un personaje con muchos matices, a veces está abajo, a veces arriba. El mundo lo supera. Y de vez en cuando saca su furia.

En el universo del Sebastián de ficción -que probablemente tenga algo del Sebastián que lo escribió, aunque no se trata de un íntegro retrato autorreferencial– viven su ex (Natalie Pérez), su hermano (Peto Menahem), sus padres (Hugo Arana y Adriana Aizemberg) y su productor (Santiago Korovsky).

Como si esos nombres no alcanzaran para dimensionar el nivel actoral, por los diferentes episodios desfilarán Carla Peterson, Adrián Suar, Juan Minujín, Dalia Gutmann, Pilar Gamboa y Julieta Díaz.

Escena de "Casi feliz",una comedia de diez episodios, ideales para maratonear en cuarentena

Escena de «Casi feliz»,una comedia de diez episodios, ideales para maratonear en cuarentena

-¿Es una serie para maratonear?

-Sí, recontra. Bueno, yo soy muy de maratonear. Me pasó con Fleabag (enorme serie británica con la multipremiada Phoebe Waller-Bridge), por ejemplo. Cuando algo me gusta mucho siento que quiero quedarme a vivir ahí.

-Hablando de otras series, «Casi feliz» puede tener algunos puntos de contacto con el relato de «After Life» (deliciosa creación de Ricky Gervais que ya tiene su segunda temporada en Netflix)?

-Gervais me parece un genio, me encanta su humor, su mirada… Pero como After Life tiene como disparador una muerte no sé si se emparentan mucho.

-Pero él, como creador, se para sobre su viudez para desgranar su alma corrosiva, su humor negro, su acidez…

-Ah, desde ahí sí, puede ser. Lo que pasa es que en nuestra serie nada es tan grave como una muerte. Las dos intentan, al fin y al cabo, hacer reír, sólo que la de Gervais te lleva a la risa y de pronto te tira una patada al pecho. A mí me gusta escribir situaciones graciosas, pero si fluyen, no me gusta forzarlas. Por eso van a ver acá que se pasa por todos los estados, sin perder de vista que es una comedia pura. Y me animo a decir que es una ficción particular. No propone un humor desesperado por la carcajada. Sólo intenta no perder de vista a mi personaje, aturdido por la vida.

Terminada la entrevista, se irá a otro rincón de su casa, donde montó un pequeño estudio de radio para hacer su programa vía Zoom -aplicación de videoconferencias-, “aunque yo tenga permiso de circulación por mi laburo. Pero entiendo que si se puede evitar el riesgo hay que quedarse en casa. Y dejar de quejarse de la tecnología: la tecnología es extraordinaria y permite acercamientos en medio del aislamiento. Es muy ingrata la crítica a lo tecnológico”.

La selfie de Wainraich en el estudio casero que montó para esta cuarentena.

La selfie de Wainraich en el estudio casero que montó para esta cuarentena.

A pocos días de cumplir 46 años, acepta el desafío de volver a la infancia y ver si se ve: “Veo y me veo, sí. De chico ya quería escribir. También recuerdo que en el ‘83, a mis 9 años, decía que quería ser político. Me sabía de memoria las listas de candidatos, en medio de una casa en la que había fiebre alfonsinista. Y también soñaba con el fútbol, pero eso quedó atrás”.

Los botines oficiales colgados, sí, pero confiesa que hasta hace poco jugó y “descubrí que estoy en mi mejor momento como futbolista”, con un rol en el medio campo “similar al del Turco (Nicolás) Previtali”, el 5 de Atlanta. Lo bueno para Wainraich de estar en un buen momento físico es que el viernes le toca entrar en cancha por la Liga de campeones. Y con la cinta de capitán.

Fuente: Clarín