La influencer tenía 47 años. Se hizo famosa al naturalizar que ser madre era duro. La noticia fue confirmada por su novio
Josefina Caminos Oría, que creció en Pittsburgh, escribió un libro sobre ese hábito tan nacional de charlar largamente después de una comida. Y tuvo eco.
Mikaela recuperó la libertad tras pagar mil dólares de fianza.