¿Qué quedó de los múltiples discursos sobre sexualidad que en las primeras semanas de aislamiento social obligatorio poblaron los medios y las conversaciones? ¿Cuánta virtualidad aguantan los cuerpos? ¿Qué queda de los encuentros cuando los besos están confiscados por los barbijos? Una recorrida por experiencias y objetos diversos con los que nos acostumbramos a lidiar en este mientras tanto desde donde no se ve, todavía, el horizonte de llegada.
Seguramente, a lo largo de la flexibilización de la cuarentena seguirán existiendo medidas de cuidado interpersonal y con ello todas las consecuencias resultantes. Los cambios llegaron al encuentro sexual entre parejas convivientes en las que se ha instalado el miedo y bajo deseo sexual, y mucho más en personas que se están conociendo o en vínculos infieles.