El futuro de Alfred Hawthorn Hill estaba en la televisión, pero también allí residiría su perdición. Por sus venas corría sangre de artista y era realmente un genio del humor, pero se ponía muy nervioso ante el público real de los teatros, así que creo su propio programa televisivo que tuvo un éxito descomunal y se convirtió en icónico: «El show de Benny Hill».