Desde que empezó la cuarentena, numerosas obras de artistas anónimos circularon por las redes hasta que tres amigos publicistas de Barcelona pensaron en reunirlas en un mismo espacio y armaron el primer museo de arte inspirado en este confinamiento, cuya obra más icónica es una Mona Lisa que, a diferencia de la de Leonardo Da Vinci, sostiene rollos de papel higiénico.