El fenómeno, cuyo origen puede rastrearse en los tiempos de oro del Star System, no reconoce fronteras e implica tanto el juego y el recurso económico como el riesgo de la patología
De la A a la Z, los chicos imponen nuevas palabras o nuevas formas de hablar. La hiperconexión, exacerbada por la virtualidad del último año de pandemia, fue una incubadora de neologismos.