Son los estudios que se hicieron en el país. Los incorporaron a una publicación que edita The Lancet.
La calle que nunca duerme se quedó en silencio y se apagó. No están más el ir y venir de oficinistas, ni el público de los teatros, ni los habitués de las librerías ni los clientes de sus bares y restaurantes.
Las conductas de seguridad, como salir a comprar barbijos sabiendo que no están recomendados son maneras de reducir la ansiedad que produce la incertidumbre ante la enfermedad. ¿Todos somos hipocondríacos en una epidemia? Recomendaciones para no entrar en pánico