Luego de dos años y medio de estar cerrado, la emblemática sala volvió a ofrecer funciones con su edificio puesto en valor y las historias de Federico García Lorca y Lola Membrives sobrevolando su escenario
La cinefilia de los argentinos es casi tan antigua como el cinematógrafo: las primeras proyecciones se realizaron en Buenos Aires apenas seis meses después de la presentación del invento de los hermanos Lumiere y el romance jamás se ha apagado desde entonces.