Para el filósofo Friedrich Nietzsche, era «la persona más inteligente que he conocido», la heredera perfecta de su filosofía, «la mejor y más fructífera tierra de labranza» para sus ideas.
Las demandas de la conectividad, los ideales inalcanzables y la mercantilización de la intimidad son parte de la profunda crisis que atraviesan los vínculos amorosos.