La sala María Guerrero, con sus 800 butacas, sus filas de palcos, por donde pasaron los grandes dramaturgos, directores, actores, escenógrafos, vestuaristas, iluminadores y músicos de la escena
Emblema de la cultura. Nació del sueño de una actriz española, María Guerrero, en 1921. Es el único teatro nacional y un espacio de consagración.
El siglo XX enalteció dos veces a la Argentina con el apellido Discépolo y los nombres sustanciales de Armando y Enrique Santos; el primero, dramaturgo, director teatral y de radioteatros y conocido como el creador del grotesco criollo, falleció el 8 de enero de 1971, hace medio siglo.