Una selección de 30 piezas de las últimas dos décadas podrá verse hasta el 7 de agosto. Su primera muestra fue a los 85.
Cada mañana, Ides Kihlen es la primera que amanece en la casa, entre las 6.30 y las 8 y, seguida por su pequeña manada, va a la cocina a preparar el desayuno. Ella hace el café para todos, porque a nadie le sale tan rico, como de cafetería. Después, como hizo toda su vida, se dedica a pintar. Los 103 años que cumplió hace unos días no parecen haberle hecho amainar ni un poco su devoción por el arte.