Las esculturas de los paseos de la Gloria, de la Historieta y de los Artistas sufren ataques constantes. Las mutilan, las pintan y hasta se las roban.
En la era de la obra como experiencia que despierta el compulsivo impulso de compartir -como bien lo demostró la muestra de Yayoi Kusama, la más visitada en la historia del Malba-, la primera antológica de Erlich en la Argentina promete ser otro blockbuster.