A principios de octubre, en Inglaterra, la revista Empire me hizo una entrevista. Me preguntaron sobre las películas de Marvel. Contesté. Dije que había intentado ver algunas de ellas y que no eran para mí, pues se me parecían más a parques de atracciones que a películas tal como las he conocido y amado durante mi vida y que, al final, no creía que fueran cine.