En su histórico taller de la calle Humberto Primo y para algunos invitados, la artista Marta Minujín develó su “Catedral del pensamiento vacío”, una cabeza facetada colosal, con luz y sonido, destinada a espacio público, concebida hace 30 años y que ha donado para que sea un hito perdurable.
La artista más popular de la Argentina, que inaugurará al año próximo una muestra en el Museo Judío de esa ciudad, presentó un libro sobre sus obras realizadas en Manhattan desde hace más de medio siglo.
El «Minucode», una videoinstalación que la artista argentina realizó en 1968 en Nueva York, en la que exploraba los códigos sociales de algunas figuras en una serie de cócteles y happenings, se ve ahora en una sala propia en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).