Genio sin amor. Tenía 300 de coeficiente intelectual. Hablaba cerca de 40 idiomas y completó 7 carreras universitarias. Pero a la hora del amor, era un completo ignorante.
María Freire llamó esta mañana a un juzgado de Capital por un trámite pendiente. «¿Adiviná si me contestó alguien?», le dijo a su marido. La respuesta obvia fue que no.