Un estudio presentado en Florencia concluye que del colosal fresco que le comisionaron a Da Vinci en 1503 para celebrar un triunfo de la república florentina, una obra que se creía desaparecida misteriosamente en las paredes del Palazzo Vecchio, solo quedaron los bocetos.
Todas y cada una de las ellas son esto y mucho más. No son perfectas ni tampoco intentan serlo. Nos demuestran que son mamás que llegaron para quedarse en nuestra memoria y corazones