La pieza de seda fue encontrada casi de milagro en un hotel de Nueva York. A partir de ahí viajó de una mano a otra.
Uno de los últimos viajes que realizó la actriz antes de su muerte fue a México, donde deleitó a los capitalinos con su sensualidad y presencia, pero la relación de Monroe con este país tiene raíces más profundas que van desde su origen hasta los minutos previos a su muerte