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Muchos se entrenan para ser campeones de videojuegos; el caso de Thiago Lapp, que ganó US$900.000, impulsa la tendencia.
Hasta hace menos de una década, los chicos, si eran varones, soñaban con ser futbolistas y ganar un mundial. Hoy el sueño de muchos también pasa por ganar un mundial, pero no precisamente de fútbol. Un mundial de videojuegos.