Un argentino en Brasil: El sur del país

MIRÁ LA GALERÍA DE IMÁGENES. SUR DE BRASIL: UN PAIS DENTRO DE OTRO – Por Alberto Curia, especial para DiariodeCultura.com.ar. Foto de portada: Palmas, Governador Celso Ramos, Estado de Santa Catarina.

La región sur de Brasil está compuesta por los estados de Rio Grande do Sul, Paraná y Santa Catarina. Y lo que se destaca en estas provincias, es la gran diversidad cultural en la que el aporte de las colectividades europeas, a través de sus inmigrantes, conserva vital importancia.

Rio Grande do Sul, tiene como capital a la ciudad de Porto Alegre. Allí, se aprecia una población muy satisfecha y rica en tradiciones. En derredor de esta gran ciudad (la tercera del país), hay miles de hectáreas de tierras fértiles, donde habitan los ¨gaúchos¨, con las características típicas del hombre de campo, vestido con bombachas, botas, rastra y el resto de los accesorios tradicionales que identifican a las personas originarias de las zonas rurales. El ¨Cimarrao¨ –mate en la Argentina-, es el fiel compañero junto con la costumbre de comer carne asada en sus diferentes formas y montar a caballo, natural en la región sur, al igual que la música del sertao. En toda esa región, existe un arraigo de los inmigrantes alemanes llegados desde el siglo XIX, pero también españoles, italianos y portugueses aportaron sus riquezas culturales.

La fiesta de ¨Nossa Senhora dos Navegantes¨, de origen portugués, se realiza en Porto Alegre el día 2 de febrero, en el ¨Rio Guaiba¨, donde centenares de barcos e innumerable cantidad de fieles devotos participan de la procesión fluvial, también llamada popularmente como ¨Fiesta de las Melancias¨ (sandías).

A la Virgen de los Navegantes, también le rinden tributo en decenas de ciudades costeras que tienen puertos e intensa actividad pesquera. Una de las más pintorescas se celebra en la localidad de Ganchos, dividida en tres pueblos atractivos y bucólicos, en la península de Governador Celso Ramos, una zona idílica ubicada pocos kilómetros al norte de Florianópolis. Junto a Ganchos, se encuentra Palmas, con una playa de suave declive; casi tres kilómetros de arenas finas y claras, agua tibia y morros verdes, que la convierten en el secreto mejor guardado del sur de Brasil (ver fotos de portada).

En otras ciudades como ¨Caxias do Sul¨, todavía se celebran festejos tradicionales de sus ancestros, como la «Fiesta de la Uva¨.

En Río Grande do Sul, también se destaca Gramado, municipio al que le hemos dedicado columnas completas, situado 115 kilómetros al norte de Porto Alegre, limita con Caxias do Sul (al norte), Três Coroas (al sur), Canela (al este), Nova Petrópolis y Santa Maria do Herval (al oeste).

Ubicada en la «Sierra Gaucha», la ciudad de Gramado es poseedora de riquezas naturales exuberantes que la convierten en el polo turístico más importante de Rio Grande do Sul y uno de los destinos más buscados por el turismo interno brasileño. Conocida como la «Suiza del Brasil», Gramado convoca a turistas el año entero atraídos por sus bellezas naturales entre las que predominan sierras, valles, arroyos cristalinos y bosques de pinos, su clima templado y su legado europeo, sobre todo alemán e italiano.

Entre los primeros registros del departamento donde se localiza el estado de Santa Catarina, se destaca la referencia de la expedición de Juan Díaz de Solís, quien en 1515 pasó por allí en dirección al sur del continente y dió el nombre a la ¨Bahía dos Perdidos¨, en las aguas entre las que hoy se ubica la ciudad de Florianópolis y el continente.

En 1526, Sebastián Gaboto publicó las cartografías referentes a su expedición, en la cual nombró a la isla de ¨Porto dos Patos¨. Solo en 1529, apareció en los mapas el nombre de Santa Catarina.

A pesar de que la provincia sirviese como punto estratégico para el apoyo a las expediciones con destino al Rio de la Plata, los primeros habitantes de Santa Catarina fueron náufragos y desertores, hasta la llegada de 4500 colonos de las Islas Açores, que se establecieron en la parte litoral del continente. Y, a partir del año 1829, se instalaron varias colonias europeas.

Luego se produjo la expansión de las excursiones de ¨bandeirantes¨ (denominación dada a los sertanejos de Brasil) colonia que a partir del inicio del siglo XVI penetró en el interior del país en busca de riquezas minerales, sobretodo oro y plata abundante en la América española, indígenas para su esclavización o exterminio de los quilombos, especialmente de las banderas vicentinas, llamadas así por pertenecer a la ¨Capitanía de Sao Vicente¨. Esa región pasó a ser ocupada cuando se estableció la primera familia en lo que se llamaría poblado de ¨Nossa Senhora do Desterro¨, actualmente Florianópolis.

Al estado de Paraná llegaron los primeros inmigrantes en el año 1850; italianos, polacos, ucranianos, holandeses y de otros países, fueron quienes influyeron fuertemente en la cultura de la región. Además de los colonizadores portugueses, que dejaron sus marcas, usos y costumbres, también lo hicieron en su lenguaje cantado, que se nota en los paranaenses.

En Paraná, las artes culinarias se destacan en los platos típicos que aún perduran y enriquecen la cocina, los ¨pucheros¨ de carne y los distintos preparados de tocino, carne de cerdo y bovina fuertemente condimentada y guisada en ollas de barro, son el deleite del paladar más exigente.

El estado es muy fuerte económicamente y sus riquezas derivan de la agricultura, ganadería y una gran industria y cuenta con autoabastecimiento energético proveniente de la represa hidroeléctrica de Itaipú Internacional. Por esta razón, existen varias fábricas de vehículos que desarrollan el armado de unidades automotrices en este estado.

Por ser este sector de la patria el más rico económicamente, los brasileños dicen que el sur es un país dentro de otro país; la madre naturaleza proveyó a estas tierras de bondades que no se encuentran en otros puntos de Brasil.

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