Es muy linda la idea de navegar, de hacerse a la mar en cualquier tipo de embarcación. El ser humano, generalmente, sueña con enfrentar los océanos en grandes navíos, galopar las olas del mar… Ha sido uno de los objetivos del hombre desde que los primeros navegantes encararon la aventura, ante la inmensidad del agua que siempre generó la idea de que existía algo nuevo por descubrir.
En el estado de la Bahía, a pocos kilómetros de su capital, Salvador, se encuentra un pequeño poblado que puede verse con solo atravesar el ¨Estuario de Camamu¨, en dirección a las playas de Barra Grande. En medio de la arboleda, se divisa una cantidad considerable de mástiles puntiagudos.
En ese sorprendente laberinto de ríos y pantanales se encuentra un astillero artesanal, donde se construyen las milenarias ¨Escunas¨ y se escucha una sinfonía de martillazos, hachazos y estridentes sierras que trabajan la madera.
Este lugar se llama ¨Camamu¨, está ubicado a 150 km de la capital bahiana y es el sitio que reune la mayor cantidad de trabajadores artesanales de embarcaciones de Brasil.
En el lugar hay una extensa fila de cascos, simples esqueletos, que se convertirán en barcos; son parte del paisaje que ocupa cada centímetro de una arena fangosa.
Estas embarcaciones tienen aproximadamente 20 metros de largo. En ellas, los trabajadores van sellando el espacio que se convertirá en la cabina, trabajan a formón y martillo, con la técnica propia de los operarios que van introduciendo tiras de estopa de algodón por las aberturas del tablado. Los pintores tratan las partes ya listas con una tinta mezclada de un conservante natural para el mantenimiento de la madera.
Un lugareño nos indica que: ¨es la manera de ganarnos la vida, antiguamente fabricábamos barcos para pesca y de carga para los empresarios que transportaban azúcar, tabaco o aceite desde el litoral, pero la construcción de nuevas rutas y los camiones de gran porte hicieron caer la demanda de este tipo de navíos¨, concluye.
Para curvar las planchas de madera y trabajar lo que será el casco de la embarcación, se utiliza el primitivo método de calentar la madera con fuego e ir arqueándola lentamente.
Las escunas tienen dos mástiles altos con velas tipo trapecio que las identifican de otras naves, aunque hoy en día se las provee con motores potentes. Estas pintorescas barcazas, son muy utilizadas en los centros turísticos del país, ya que es una forma romántica de realizar excursiones.
Dice ¨Ze Lito¨, morador y experimentado baqueano constructor: ¨Una escuna, no puede tener mucha bodega como los barcos de carga, ya que se levantaría en la proa y perdería estabilidad¨. También comenta que: ¨ninguno de los que hacemos este trabajo, lo aprendimos en la escuela, este arte va pasando de generación en generación, de padres a hijos¨.
En la actualidad se están construyendo unas diez escunas diferentes y la mitad ya fueron vendidas. La falta de madera es el mayor inconveniente que tiene estos armadores.
En 1993, un decreto federal prohibió la tala de los árboles nativos de la mata atlántica, lo que arruinó a varias pequeñas empresas familiares.
Si va de paseo por la Bahía, vale la pena hacer una recorrida por esta histórica ciudad colonial y sentir la verdadera esencia de esta comunidad dividida en dos partes, la ciudad alta y la baja. ¨Camamu¨ es una población antigua de caseríos bien conservados.
Caminando por las calles de esta hermosa ciudad histórica puede sentirse perdido en el tiempo y soñar que vivió en los años cercanos a su fundación, que se produjo en 1561,
Entre los edificios coloridos, se observa una arquitectura propia de la época de la colonia y las construcciones bien conservadas son el atractivo de los turistas.
La bahía está compuesta por muchas islas pequeñas y todas ofrecen algo especial; puede realizarse un viaje hasta la ¨Piedra Furada¨, o a la ¨Isla Grande¨, o bien compruebar el verdadero estilo de vida en una isla, en la del ¨Sapinho¨, donde se disfruta la mejor comida típica de esta región…