Un argentino en Brasil: Bondinho de Santa Teresa, Río de Janeiro

HISTORIA DE UN TIEMPO QUE PASÓ – Por Alberto Curia, especial para DiariodeCultura.com.ar.

En muchas oportunidades narramos sobre las bondades turísticas de Rio de Janeiro, aunque esta mágica ciudad siempre tiene algo para maravillarnos; su cultura, sus playas, sus calles angostas que se van adentrando en lugares insospechados, eso es Rio, ese es el atractivo especial que nos abraza cuando pisamos la capital de los cariocas.

Y como si nos retrotrajésemos en el tiempo, allí está él, como dormido en el tiempo: es el “Bonde de Santa Teresa”, como un recuerdo vivo de atracción turística, como reliquia histórica que es y con la carga de la nostalgia de otros tiempos.

El trolebús es un antiguo medio de transporte urbano, prácticamente extinguido en la actualidad, a pesar de que todavía es utilizado de manera efectiva por los turistas en varias ciudades del mundo, como en Lisboa Portugal, San Francisco, E.E.U.U.y muchas otras.

Este “Bondinho”, que une el centro de Rio de Janeiro con el “Barrio de Santa Teresa”, además de ser una atracción de paseo en la ciudad, es un medio de transporte legitimo para los habitantes de ese barrio y se mantiene como uno de los últimos remanentes de una época ya pasada.

Es por si solo y por la característica de los sectores donde transita, es una verdadera atracción.

En julio de 2015, este histórico servicio público volvió a circular luego de una revisión general de sus vías férreas, la electrificación de un sector y la renovación total de sus unidades transportadoras, acondicionadas pero con su estructura original.

Pero hablar de este transporte sin asociarlo al “Barrio de la Lapa”, es una utopía, ya que la travesía sobre el antiguo acueducto de finales del siglo XVIII, es una de las postales más significativas de ambos: cuando se quiere destacar en fotos el acueducto o el tranvía, siempre aparecen juntos. Hasta en una pintura realizada de los “Arcos da Lapa”, de 1790, cuando todavía era llamado “Acueducto Carioca”, fueron retratados los Arcos y el “Bondinho”.

Los primeros transportes de estas características, en el inicio de la segunda mitad del siglo XIX, eran tirados por caballos y con el posterior surgimiento de la energía eléctrica se suspendieron los de tracción animal para darle lugar al progreso.

La empresa fue fundada en 1749, con la concesión para explotar la línea entre la actual Plaza “Quince de Novembro” y el llamado “Largo da Lapa”, hasta la Avenida Gomes Freire, esquina con la calle “Riachuelo” y desde “Ponto CemRéis”, fue inaugurado en 1896, el ramal de Santa Teresa, que se extendía por otros sectores.

A partir de 1968 permanecen operables solo los “Bondes” de Santa Teresa, los que a lo largo de su existencia llegaron a circular con 35 vehículos –algunos remolcados-. En 1975, de un total de 28 vagones, solo funcionaban 18, con una tasa de ocupación del 69%, una de las más altas de su historia.

Luego, la responsabilidad de los “Bondes de Santa Teresa”, fue transferida para la “Compañía Estadual de Ingeniería de Transporte y Logística”, que manejaba los transportes de pasajeros de la ciudad Carioca.

De esta manera, el gobierno de estado recuperó varios ramales que estaban paralizados desde 1966, como consecuencia de la caída de barreras producidas por fuertes lluvias en ese año.

En 2005, el transporte pasó por varias dificultades y dejó de circular por varios meses debido a una huelga de técnicos y conductores.

En 2011, un turista francés murió al caer en el recorrido por los “Arcos de la Lapa”; por la inconciencia de sacar una foto parado en el estribo, quedo preso entre dos vagones y perdió la vida.

El 27 de agosto del mismo año ocurrió otro accidente, cuando la unidad descarriló y chocó fuertemente contra un poste; fallecieron 6 personas (incluyendo el conductor) y quedaron más de 50 pasajeros heridos.

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El “Bondinho de Santa Teresa” continua circulando y es una imagen de melancolía en medio de las vivencias de la “Cidade Maravillhosa”. El “bonde” carga en su interior las vivencias de muchas generaciones, obreros, empresarios, estudiantes, turistas y vendedores ambulantes.

El amarillito o simplemente el “Bondinho”, nos cuenta la historia de un tiempo que pasó…

 

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