La importancia que tiene la fe religiosa en la vida de las personas se remonta a muchos años en el Brasil. Esta devoción nace con las primeras iglesias católicas en el país, y las mismas llegaron con Pedro Alvares Cabral, quien en su expedición trajo consigo a 8 frailes franciscanos que realizaron las dos primeras misas en estas tierras.
Los franciscanos fueron los primeros misioneros católicos en establecerse hasta la llegada de los Jesuitas, en 1549, posteriormente lo hicieron los Benedictinos en 1580 y la Orden de las Carmelitas, 4 años más tarde.
La primera iglesia erigida en tierras brasileña, estuvo a cargo de dos frailes capuchinos de la Orden de los Menores, que llegaron a Porto Seguro con la expedición de Gonçalo Coelho, en 1503.
Ellos integraron el primer poblado brasileño con la participación de los europeos. A la primitiva colonia de Porto Seguro, llegaron dos misioneros, de los que se desconoce el nombre y que según cuenta la historia, fueron recibidos por los indios, quienes les ayudaron a construir la pequeña iglesia junto a otros portugueses que acompañaban la misión.
Esa iglesia invocaba su devoción al Patriarca San Francisco, fue la Iglesia de “São Francisco de Assis do Outeiro da Glória”. Un 19 de junio de 1505, el poblado fue arrasado por los aborígenes y en 1515 un nuevo templo fue construido, manteniéndose en actividad hasta 1730, año en que fue abandonado y entro en ruinas.
Los portugueses eran muy religiosos y obviamente otras capillas e igelsias fueron edificadas a lo largo de la costa brasileña en las primeras décadas del siglo XVI, con la formación de los primeros asentamientos, pero no existen registros y los encontrados son muy imprecisos.
Con la creación de la primera villa, en 1532, se construyó el primer templo con una división que se ocupaba de la administración en São Vicente, la Parroquia de “Nossa Senhora da Assunção”, subordinada a la diócesis do Funchal, en la “Ilha da Madeira” (Isla de Madera), Portugal, con su primer párroco el padre Gonçalo Monteiro.
A partir de 1534, con la creación de las llamadas Capitanías Hereditarias, nacieron otras sedes religiosas disciplinadas -como las anteriores-, a las órdenes de Funchal.
En esos primeros tiempos de la colonización, surgieron varias capillas en los ingenios,
propagados en el litoral marítimo, eran iglesias rurales que atraían a fieles de la región. También a los dueños de esos establecimientos que contribuían para sustentar la iglesia matriz y a sus párrocos.
Después de la fundación de la ciudad de Salvador, se creó la primera diócesis del Brasil, precisamente, la de San Salvador de Bahía, un 25 de Febrero de 1551, desmembrándose del obispado de Funchal. Cabe destacar que la primera capital del Brasil nunca se llamó oficialmente San Salvador, esa era la designación de su diócesis.
El primer obispo fue don Pedro Fernandes Sardinha, que llegó -a la posterior capital bahiana-, en 1552 y consagro, provisoriamente a la “Iglesia da Ajuda”, como primera Catedral del Brasil.
En 1553, se inició la construcción del primer templo específico para ser sede principal del país. Años más tarde, un 16 de noviembre de 1676 se creó la primitiva sede metropolitana, con la elevación de la diócesis del Salvador a la categoría de arquidiócesis. En esa misma fecha se establecieron los episcopados de Olinda y de Rio de Janeiro, ambos subordinados a la arquidiócesis de la Bahía.
En 1892, existió una restructuración en la jerarquía católica, con la instauración de una
segunda provincia eclesiástica en Rio de Janeiro, segmentada de la jefatura del Salvador. El 11 de diciembre de 1905, el pernambucano Joaquim Arcoverde de Albuquerque Cavalcanti, se tornó el primer cardenal del Brasil y de América del Sur.
De todas maneras la Iglesia “Nossa Senhora da Misericordia” (Nuestra Señora de la
Misericordia), localizada en Porto Seguro y construida en 1526, denominada en un principio como Iglesia “Nossa Senhora dos Passos” (Nuestras Señora de los Pasos), es considerada la iglesia en pié más antigua del Brasil.
En la actualidad es un museo de arte sacro que guarda curiosidades preciosas como la imagen de “Nosso Senhor dos Passos”, (Nuestro Señor de los Pasos) imagen que data del año 1585, que tiene ojos de vidrio, dientes de marfil y gotas de sangre confeccionadas con rubíes.
Para establecer la importancia del catolicismo en los primeros años del Brasil y en su primera capital, como lo fue Salvador de Bahía, es que en la capital bahiana existen 365 iglesias que datan de los inicios de su historia, es decir una iglesia para cada día del año.
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