Un argentino en Brasil: Nueva Holanda

COLONIA DE LOS PAISES BAJOS EN LA ACTUAL PERNAMBUCO – Por Alberto Curia, especial para DiariodeCultura.com.ar.

Nueva Holanda, también conocida como Brasil Holandés, fue una Colonia de la ¨Companhia Neerlandesa das Indias Ocidentais¨, que invadió gran parte de la Región Nordeste del Brasil, entre 1630 y 1654.

El territorio ocupado correspondía principalmente al este de la Capitanía de Pernambuco y sus principales ciudades eran ¨Maurisstad¨, hoy Recife, la capital pernambucana, Frederikstad, hoy Joao Pessoa y Nieuw Amsterdam, actual Natal.

La colonia alcanzó su apogeo durante el gobierno de Joao Mauricio de Nassau, cuando pudo apreciarse un gran período de prosperidad cultural y económica, además de una absoluta libertad religiosa.

Existe un antes y un después del dominio holandés en este territorio, ya que una pequeño pueblo de pescadores, en torno a una iglesia diminuta, con todas las características feudales de otras regiones que no permitían el desarrollo del lugar, cobraron vida con la influencia holandesa y se convirtieron en las mejores ciudades coloniales del continente.

Casas de cuatro pisos, jardín botánico, zoológico, puentes, canales, comercios, iglesias, sinagogas, un observatorio y una gran urbanización le dieron una nueva vida social al distrito.

El conflicto se inició en un contexto llamado ¨Dinastía Filipina¨, período comprendido entre 1580 y 1640, cuando Portugal y sus colonias estuvieron inscriptas en los dominios de la corona española.

En esa época, los holandeses luchaban por la independencia, pero recién la República de las Provincias Unidas con sede en Ámsterdam, fue reconocida en 1648, después del acuerdo de paz de ¨Munster¨, cuando se separaron de España.

Durante el conflicto, una de las medidas adoptadas por Felipe II de España, fue prohibir el comercio español con los Neerlandeses, lo que comprendía directamente el comercio del azúcar en Brasil, ya que los holandeses eran grandes inversores en la manufactura azucarera brasileña.

Fue tan grande la influencia de los europeos, que a partir de 1630, en que llegó al actual territorio de Pernambuco la Iglesia Reformada Holandesa, que se fundaron 22 templos Protestantes en el nordeste, encontrándose la mayor parte de ellos en Recife.

Acogían entre sus feligreses a ciudadanos franceses e ingleses y uno de sus ilustres visitantes era Mauricio de Nassau. Estas iglesias fueron servidas por más de 50 pastores que predicaban y una serie de auxiliares que colaboraban en las tareas de oración y otros menesteres.

En sus escuelas parroquiales se educaron para luego ser bautizados muchos aborígenes. La Iglesia Reformada pretendió por entonces traducir la biblia al idioma Tupí y ordenar pastores indígenas.

Este período fue cerrado con la llamada guerra de la Restauración Portuguesa, porque al no tener más condiciones para mantener Recife, la ciudad fue devuelta a Portugal y, como consecuencia, fue el final de la Iglesia Reformada Holandesa, en el nordeste del Brasil.

Sobre la protección de Mauricio de Nassau, judíos portugueses, que habían sido forzados a convertirse al cristianismo y refugiados en los países bajos, se radicaron en la colonia y vivieron sin persecuciones.Estos inmigrantes hebreos, crearon una sinagoga: ¨KahalZur Israel¨, en hebreo, » Roca de Israel». Esta misma libertad religiosa fue aplicada para otras creencias.

Cerca de 80 mil colonos holandeses estuvieron durante ese período en el nordeste brasileño. Fueron divididos en dos grupos; uno de ellos era los «Dienaaren», soldados, burócratas y ministros calvinistas, empleados por la Compañía Neerlandesa de las Indias. El segundo conjunto de colonos estaba comprendido por ex soldados y comerciantes que habían encontrado una mejor vida en ¨Nova Holanda¨.

Con la decadencia del comercio azucarero, habiendo retomado el negocio de las especias en la Indias Orientales y al estar restringido el crecimiento y el avance social de la colonia, se dictó un decreto de parte de la Corona Portuguesa, en 1649, por el que se formó la Compañía General del Comercio en Brasil, para apoyar la insurrección en Pernambuco.

En virtud de la primera guerra Anglo-Neerlandesa, los Países Bajos no pudieron auxiliar a la colonia que permaneció bajo el poder portugués.

La colonia le fue devuelta a Holanda luego del tratado de paz con Inglaterra y de la amenaza a Portugal de parte de la flota naval de los holandeses.

Es por eso que cuando se visita la región del nordeste brasileño, Recife, Pernambuco, Natal y su amplia zona de influencia, muestran los vestigios de la colonización holandesa en aquel maravilloso lugar, no solo en la arquitectura, el orden, la higiene típica de los Países Bajos, sino también en las rubias cabelleras y ojos azules en gente de piel blanca que habita esta comarca.

 

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