Mirá la Galería de Imágenes. REGRESO A UNA VIDA «CASI NORMAL» EN LA CAPITAL DE FRANCIA – Por Jorge Forbes, desde París, especial para DiariodeCultura.com.ar.

La Republica francesa frente a la barbarie terrorista. La vida de los parisienses vuelve a tomar visos de normalidad luego del horror en las calles de la capital francesa. Los distritos 10 y 11 asi como los alrededores del Stade de France fueron el escenario de ese trágico viernes 13 que conmocionó a Francia y al mundo entero.

El sábado fue suspendida la presencia de público de todos los lugares donde pudiera haber reuniones y, por consiguiente, ser blanco de los posibles ataques terroristas; teatros, cines, monumentos, centros culturales y museos fueron cerrados y los habitantes de Paris recibieron como consigna tratar de no salir de sus casas. La Tour Eiffel estuvo clausurada, con sus luces apagadas como simbolo de duelo; el Teatro Olympia, igualmente cerrado… importantes signos de las filas que se iban cerrando poco a poco en la vida de los parisienses.

Pero la vida sigue luego de los atentados. Este lunes se reanudaron las clases en colegios primarios y secundarios de todo el pais, con un refuerzo de vigilancia para seguridad de alumnos, docentes y padres, que decidieron enviar a sus hijos al «collège» o al «lycée».

El presidente François Hollande, su primer ministro, Manuel Valls y todos los integrantes del gabinete, se reunieron en el Palacio de Versailles de manera excepcional. Allí, el presidente les habló a los representantes de las dos Camaras (Diputados y Senadores) para explicar el porqué del estado de sitio (o de emergencia) y no solo de 3 a 12 dias, sino de 3 meses, tal como pidió Hollande. Es algo muy raramente aplicado en Francia, pero según indican algunos politicos «hay que aceptar restringir ciertas libertades para consolidar la tranquilidad de otros».

¿Está latente la «unidad» o después de este Congreso extraordinario se producirá la desunión? Un François Hollande que quiere que Francia no tenga piedad con Estado islámico, pero las críticas ya amenazan igualmente esta frágil unión. Y ahora que se reanudó la vida «casi normal», muchos son los que se interrogan: «si, pero cómo?». Regreso al trabajo, a los estudios, a la vida ordinaria que retoma sus derechos y deberes, pero luego de la matanza y el estado de sitio, ya no es simple.

Las crisis de angustia, los temores (no solo personales, sino igualmente por la familia) son y serán el pan cotidiano generado por estos actos de vándalos terroristas que no comulgan con la forma de vivir de los occidentales y, en este caso particular, de los franceses.

Un gran refuerzo en la seguridad está dirigido a los medios de transporte; subtes, omnibus, trenes y lugares públicos de reunión o pasaje, como plazas y parques y eso le da una imagen distinta a esta ciudad extraordinaria.

No hay que olvidar la encuesta realizada hace un par de semanas, en la cual la mente de los franceses indicaba que la amenaza terrorista era la primera preocupación: 17,7% de los interrogados se mostraba muy preocupado por la posibilidad de atentados (contra 2,6% en 2014)… ahora ese porcentaje se multiplicó.