El château de Mauriac ocupa la mitad oeste del pueblo cuyas casas conforman la fachada del château convirtiéndola en una fornida fortaleza. La iglesia de Saint Martin queda queda en las afueras del poblado. El templario Guiradus de Mauriaco, de la comandancia de Bézian, en la actual región de l’Hérault, ocupaba el primer bastión gótico en 1320.
El torreón fue ampliado de manera considerable por Philippe Jean de Rabastens, vizconde de Paulin, en 1419 quien también cerró el patio cuadrado en el mismo año en la fachada Norte. Posteriormente, continuaron las modificaciones hacia 1540, realizadas por Messire Bertrand de Rabastensen en momentos en que Marie d’Arpajon (dama Marie d’Arpajon) «dama y legítima administradora» acumulaba los ingresos del pastel.
Calvinista convencido, el joven vizconde de Paulin, Bertrand de Rabastens fue entonces asignado al servicio del príncipe de Condé y posteriormente nombrado general de las tropas de la diócesis de Castres, Albi y Saint Pons. Dirigió la resistencia protestante con una buena guarnición establecida en el château de Mauriac convertido en una especie de cuartel general para los partidarios del rey de Navarra.
En 1595, las tropas del duque de Joyeuse sitiaron Mauriac por el sudeste, y dejaron una brecha importante. Por lo que luego de dos siglos en que perteneció a la familia de los vizcondes de Paulin, cuyo último descendiente fue asesinado el 1 de julio de 1616 en represalias por el asesinato del señor de Salettes (católico), el château de Mauriac alojó a consejeros del rey en el Parlamento de Toulouse.
Destruido el camino que lo rodeaba sus piedras sirvieron para clausurar los muros que separaban el château del poblado.
Sin embargo, la parte original fortificada (la bastide) aun era muy sensible porque en ella estaban enganchados los secaderos de madera para los pasteles.
El château de Mauriac escapó a la tormenta de la Revolución porque, por falta de medios de la comuna, la orden de desmantelamiento no pudo ser ejecutada. El château de Pradals, construido por Philippe, hermano de Bertrand de Rabastens, no tuvo la misma suerte, aunque en la actualidad ofrece grandes similitudes con Mauriac.
El pintor Bistes, cuya familia vive allí desde hace 50 años lo sigue restaurando desde 1962 y eligió conservar la poesía intacta del exterior. En tanto en el interior, los departamentos nobles recuperaron el lujo provenzal del siglo XVII con sus magníficos cielorasos (plafonds) pintados con las hierbas, flores y un despacho con medallas antiguas.
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*Jorge Forbes es un periodista argentino que reside en Francia y que desde 1982 es corresponsal en París para diferentes medios, tanto en la Argentina (Radio Continental), como de Estados Unidos (Voice of América), México (Radio Noticias) y Uruguay (Radio Sarandí).
Actualmente colabora con Diario de Cultura y con Arte y Colección y propone visitas en la capital francesa (privadas o en grupo, no mas de 4 personas) por lugares donde vivieron argentinos famosos y conocidos, así como sitios poco conocidos para turistas, incluso aguerridos en la materia. Se recomienda hacer el pedido por email a [email protected] o al teléfono celular en Francia: 00 336 0683 7915.
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