Lejos de las versiones comerciales, estos espacios originales apuestan al diseño y a títulos difíciles de encontrar. La atención personalizada y la dedicada curaduría de sus catálogos las distinguen de la mayoría.
Juan Carlos Colombres, el hombre que se escondía bajo el famoso seudónimo, marcó a fuego una época del humor gráfico argentino con su aguda mirada de la sociedad y la atenta escucha de sus modismos.