Se trata de la máxima obra clásica de la literatura en castellano. Y aunque no se la suele asociar al realismo, parece haber mucho de eso en las páginas de la novela.
En reconocimiento por su trabajo, los dos cuerpos celestes llevarán su nombre: Asheley. Con su estudio y su dedicación, Asheley Martínez es una inspiración para muchas niñas que quieren dedicarse a la ciencia.